viernes, 14 de diciembre de 2018

When I was a boy (Club de Lectura)


WHEN I WAS A BOY...


....everything was right, canta John Lennon en She said,she said, una de las canciones del disco Revolver, publicado por los Beatles en 1966. La vuelta a la niñez, el viaje de vuelta, es una experiencia muy propia de la época: constituye el centro de la terapia psicoanalítica, que busca en nuestras vivencias infantiles la clave de nuestra personalidad adulta, y es también un momento clave de las experiencias con enteógenos como el LSD u otros fármacos psicodélicos, con los que Lennon y los demás Beatles andaban muy ocupados en aquellos días. Poco después, en 1967, publicarían un single cuyas dos caras (Strawberry Fields Forever y Penny Lane) son sendas retrospecciones sobre los recuerdos infantiles de Lennon y McCartney. Cada uno, eso sí, a su manera: Lennon, el eterno introvertido, ególatra y autocrítico al mismo tiempo, se describe a sí mismo como un niño subido a un árbol que queda demasiado arriba o demasiado abajo para los demás niños, incapaz de comunicarse con ellos (No one, I think, it's in my tree; I mean, it must be high or low), mientras que McCartney es el niño observador que recorre la Callejuela del Penique observándolo todo (el barbero que tiene en su tienda una foto de todos los clientes, el banquero que nunca lleva traje de lluvia, las chicas que son, a ojos de un adolescente ávido de amor, un fingerpie: un dulce pastel al que hincarle los dedos —y el diente). 

Lennon tenía motivos muy personales para sentir que cuando era un niño, todo estaba OK; y que luego no hizo más que irse al infierno. Cuando era un niño, sus padres vivían, e incluso vivían juntos. Luego, a los cinco años, se fue su padre, para no volver, y a su madre se la llevó por delante un coche cuando tenía 17 años. La sombra de esto le persiguió toda su vida. En el estribillo de Mother, una canción que grabó ya en solitario, en el disco de 1970 John Lennon. Plastic Ono Band, lo resume así: Mother, you had me / but I didn't have you. / I wanted you, you didn't want me. Father, you left me / but I never left you; / I needed you, / you didn't need me. La canción se cierra con este grito, repetido una y otra vez: Mama don't go, / Daddy come home.

Pero, aunque todas las infancias no fueran tan traumáticas como las de Lennon, el anhelo de recuperar aquello que perdimos al dejar de ser niños es recurrente en la poesía. Agustín García Calvo, para quien toda poesía era elegíaca, escribe en su poema Solo de lo negado que el hombre canta por su niño antiguo

Sólo de lo negado canta el hombre,
sólo de lo perdido,
sólo de la añoranza,
siempre de lo mismo.

Cuando cerró para siempre el huerto
la cancela de espinos,
entonces se inventó la queja de la lira,
la flauta del suspiro.

Y desde entonces sólo canta
en su torre el cautivo,
a su rueca la esclava,
el desterrado en el navío.

De la jaula aletea y sangra
el pájaro desconocido;
salir quiere y no puede:
su jaula es él mismo.

Y por eso el minero canta,
por un sol de oro limpio;
canta el pobre, la pena canta;
no canta el rico.

Entre las piernas de la amiga,
vida busca el amigo,
y se encuentra con un tesoro,
de verdes ojos fríos.

Y así es como canta el hombre,
por su niño antiguo,
y la boca sin pan y sin besos
y el cielo vacío:

siempre de la añoranza, de lo negado,
de lo perdido;
siempre de lo de otro,
nunca de lo mío.

Ambivalente, el adulto percibe la niñez, al mismo tiempo o por momentos, como algo que le ha sido extirpado y que no recuperará nunca y como lo único que nunca podrán quitarle (y, en verdad, como sabemos por quienes lo han vivido, los recuerdos infantiles se mantienen y hasta acrecientan su intensidad cuando uno empieza a perder la memoria de lo inmediato. Δὶς παῖδες οἱ γέροντες, dos veces niños los viejos, dice un proverbio griego). Lo segundo es evidente en proclamaciones como estas:

La verdadera patria del hombre es la infancia (Rainer Maria Rilke).

La poesía es un estado de infancia sostenida (Juan Ramón Jiménez).

Fernando Savater reivindicó la literatura que leyó de niño y adolescente en el que probablemente sea su libro más hermoso, La infancia recuperada; publicado en 1976. Como aprendió desde pequeño a leer en inglés y francés, allí hablaba, por ejemplo, de Tolkien cuando su obra aún no se había traducido al español. 

Una tentación para los poetas es intentar no ya hablar de la infancia, sino hacerlo desde ella, intentar recuperar la visión del mundo que uno pudo tener cuando era niño. Uno mismo lo intentó en este poema, por ejemplo: 

Escenas de niños

De niños, lo soñado es lo vivido
(quizás en otra octava) y todo es amplio
y al mismo tiempo íntimo: no sabes
si vuelves a tu casa o si tu casa
se vuelve a hacer visible. Tus amigos
provienen con certeza de otro mundo
y son como demonios familiares
que acuden y se van con flor de hechizo.
Tus padres, esos reyes tan solemnes,
esconden un bufón que te asesina,
romántico, a cosquillas. La desgracia
es sólo una muñeca polvorienta,
probablemente ajena. Siete y once
no saben todavía que son primos
y juegan a quererse. De pequeños,
el mundo es como el bosque; tú, la fiera
que no sabe por quién doblan los cuentos.



martes, 13 de noviembre de 2018

Séptimo concurso de sueños: Que en mis brazos se dormían

(Dante Gabriel Rosetti, Beata Beatrix)

Yo me estaba reposando
anoche como solía;
soñaba con mis amores,
que en mis brazos se dormían.
(Romance del enamorado y la muerte)

Quedéme y olvidéme, 
el rostro recliné sobre el amado, 
cesó todo, y dejéme, 
dejando mi cuidado 
entre las azucenas olvidado.  
(San Juan de la Cruz, La noche oscura) 

1. Podrán presentarse a este concurso de sueños cuantos soñadores así lo deseen, preferiblemente despiertos y residentes en el Campo Arañuelo. Habrá dos categorías: A. Soñadores que se presenten al concurso. B. Soñadores que no se presenten al concurso. Estos últimos parten, obviamente, con cierta desventaja.

2. Los sueños podrán presentarse en cualquier formato que resulte apropiado para trasmitir al lector, espectador u oyente la sensación de extrañeza y maravilla propia del género. Esto incluye, por ejemplo, sueños relatados en prosa o en verso (acompañados o no de ilustraciones), fotografías coloreadas o tratadas de algún otro modo, collages, composiciones musicales (con o sin letra), vídeos y eso otro que tú, noble lector, estás pensando, pero que a nosotros aún no se nos ha ocurrido. Este curso incluimos también una categoría especial para trabajos de investigación sobre el sueño y los sueños desde alguna de las siguientes perspectivas: Biología, Cultura Clásica, Filosofía, Francés, Historia, Historia del arte, Historia de las religiones, Inglés y Música. (Caben también aproximaciones desde otras materias.)

3. Los sueños se depositarán, con o sin testigos, en el Cofre de los Sueños que se habilitará en la Biblioteca del IES Augustóbriga, sin indicación alguna de autoría, hasta el día 20 de diciembre (incluido). Podrán también entregarse en mano al coordinador de la Biblioteca —o, en el caso de los trabajos de investigación, al profesor de la materia correspondiente.

4. Durante las primeras semanas de enero, los trabajos permanecerán expuestos en la página web de la Biblioteca (http://biblio-augustobriga.blogspot.com.es). Todas las personas que lo deseen podrán calificar de 1 a 5 cuantos sueños deseen, utilizando para ello el formulario que se pondrá a su disposición: constituirán así la asamblea anónima de soñadores que servirá de juzgado a este certamen. En el caso de los trabajos de investigación, los evaluará un jurado constituido por profesores de los departamentos correspondientes y miembros del equipo de trabajo de la Biblioteca.

5. Los trabajos que, al obtener la mayor puntuación, resulten ganadores (y quizá también los que no) se harán inevitablemente famosos y harán felices a las buenas gentes, lo que constituye el mejor premio al que cualquier autor pueda aspirar. Pero, por si eso fuera poco, en la última semana de enero los participantes encontrarán sobre la mesa central de la Biblioteca los regalos que los Grandes Transparentes tengan a bien preparar para ellos, con la fórmula Para el autor de… Cualquier persona que se haya sentido conmovida por algún sueño y desee dejarle a su autor un regalo a modo de réplica está invitada a hacerlo.

viernes, 9 de noviembre de 2018

Club de Lectura: Neverland, Erewhon & Nowhere


A LA VUELTA DE CADA ESQUINA




Este mundo me aburre, vivo en el de al lado
que está un poco más ancho y aún deshabitado;
cuando mires a ningún sitio,
lo verás.

Neverland, Erewhon & Nowhere

        ¡Qué tres abogados para un caso! El litigio de estos tres ases de la ficción bien podría ser una causa célebre planteada por el fundador del psicoanálisis, Sigmund Freud: el Principio de Placer contra el Principio de Realidad.

        Sostiene, en breve, el Principio de Realidad que es inútil y contraproducente imaginar lo que no es posible y desear lo que no puede obtenerse; tanto por el tiempo y la energía que se pierden en ese empeño como por la más que probable confusión entre esos elementos soñados y los que forman la realidad. Lo imposible, cuando se desea, ocupa literalmente el lugar que corresponde a lo real y lo posible y no permite ni verlos ni, mucho menos, desearlos.

        Frente a estos argumentos del Principio de Realidad, los abogados del Principio de Placer citan, entre otros testigos, al anarquista ruso Mikhail Bakunin, que hace notar lo siguiente: que solo los que han pretendido lo imposible han cambiado en algo a mejor este mundo, y lo siguen cambiando; y a J.R.R. Tolkien, el autor de El señor de los Anillos, el cual, ante la acusación de que ha dedicado la mayor parte de su vida útil a perpetrar literatura escapista,  declara que, en efecto, ha obrado así y lo ha hecho a conciencia, convencido de que es la obligación de todo preso intentar escapar de su prisión, y, si es posible, llevarse algunos compañeros consigo.

        Más en concreto, el abogado Neverland (Nunca Jamás, en la traducción española) cita a su creador, James Barrie, que en el primer capítulo de Peter Pan y Wendy, describe de este modo cómo los niños generan cada uno su Nunca Jamás con la misma naturalidad con el corazón bombea la sangre:





         Como se ve, Barrie nos presenta Neverland como una parte indispensable de la psique infantil, formada a partir de una superposición entre experiencias reales y ciertas imágenes poderosas (simbólicas, arquetípicas) tomadas de las ficciones con que los adultos alimentan a los niños, que en la época de Barrie eran sobre todo de 3 tipos: la mitología clásica (de la que forman parte las sirenas y el dios Pan); las novelas de piratas (como la isla del tesoro) y las historias de indios y vaqueros (como El último mohicano).

        Vemos también que según Barrie cada mente infantil genera su propio Nunca Jamás, pero todos tienen un aire de familia que autoriza considerarlos como variantes de un único lugar (quizá Barrie siguiera en esto a Jung, el discípulo más despierto y peleón de Freud: el cual distinguía en el inconsciente una zona individual, distinta para cada uno, y otra zona común a cada tribu, y hasta común para todos los hombres: el inconsciente personal vs. el inconsciente colectivo).
        Tal como Barrie describe Nunca Jamás (territorio desde luego del Principio de Placer, donde vive todo lo que el niño ama y le interesa, y vive tal como a él le gustaria que viviera), podríamos pensar que se refiere al mundo de los sueños, del que Neverland sería solo un apodo. Pero no: como el narrador detalla, los niños también viven en Nunca Jamás mientras juegan durante el día a ser pìratas, bandidos o  hadas, convencidos pasajeramente de que lo que viven es cierto (lo que llaman los ingleses make believe: ¿vale que este tobogán es un barco y que yo soy el capitán? ¿Vale que vosotros sois los indios que queréis abordarlo?). Y toda la novela reposa sobre el supuesto de que es posible que alguien (concretamente Peter) rompa el velo que separa Nunca Jamás del mundo real e invada este último; y que, conducidos por Peter y con ayuda del polvo de hadas (Fairy dust) de Campanilla, es posible que Wendy y sus hermanos John y Michael abandonen Londres y se vayan volando a la isla encantada.

        En breve, pues, sostiene el abogado Neverland que la invasión de lo real por lo imaginario, más allá de ser deseable, es inevitable. Aquello que forma parte del orden natural de las cosas no necesita defensa y es irrelevante que cualquier ley o filosofía lo apruebe o condene. Pretender que la gente no imagine es como pretender que no se enamore, que no componga versos o que no construya templos en los que dar culto a sus amigos imaginarios favoritos.

        Lo imaginario, en fin, no puede ser aislado y descartado de lo real, del mismo modo que no puede tampoco librarse de ser considerado una provincia de lo real. Heráclito, al que nos asomamos en la sesión pasada, habla en uno de sus fragmentos de los durmientes y dice que también su dormir es un hecho que sucede en el mundo de los despiertos, y que por tanto son colaboradores (aunque sea por omisión) de ese mundo al que parecen no pertenecer. Esto es como afirmar que el preso escapista del que hablaba Tolkien no hace, al escarbar en los muros o en el suelo de la prisión galerías 'de escape', sino continuar a su manera con la construcción de la cárcel, enriqueciéndola con nuevos espacios que surgen de ella y la prolongan. Un pensamiento bastante deprimente, del que ya veremos si, a su vez, logramos escapar o no.

        En nuestra ayuda, acudirán en la próxima sesión los otros dos abogados del Principio de Placer: los hermanos gemelos Erewhon & Nowhere y su madre, la princesa griega Utopía.
       
       

martes, 30 de octubre de 2018

Narla en la Imaginateca







 Ayer lunes por la mañana nuestros alumnos de Literatura Universal y de Griego tuvieron la suerte de charlar en la Imaginateca con Francisco Narla, un aviador y novelista singular que comenzó su andadura como autor de novelas de terror y misterio para después centrarse en una rama peculiar de la novela histórica, ambientada en diferentes épocas (la Hispania de la época de César, la Edad Media) pero siempre con su Galicia materna como punto de partida.

Narla nos ha contado, entre otras muchas cosas, que un lector atento de la realidad encuentra a menudo pequeños cabos sueltos de los que asombrarse: la estatua de un samurai en un pueblecito de Sevilla, por ejemplo, o el hecho de que un poeta tan importante como Martín Codax carezca totalmente de biografía conocida, o la poco conocida presencia de los vikingos en nuestras costas. En cada uno de esos detalles, Narla ha sabido ver que se escondía una novela posible: así, nos ha contado en Rōnin la historia de aquel samurai sin amo que fue enviado a España por el emperador de Japón;  en Laín, ha hecho de Codax el narrador de las andanzas de su empeñoso protagonista; y en Assur nos ha contado la historia de un zagal gallego que parte a la aventura con los vikingos.
Aerodinámica, intrahistoria del Descubrimiento de América, la complicada historia del Grial en España... Con estas y muchas más hebras, Narla nos ha animado a cuestionar lo que sabemos y lo que ignoramos y hacer de nuestra curiosidad el punto de partida de nuestra vocación, que en su caso, tanto de aviador como de narrador, se despertó con las obras de Antoine de Saint-Exupéry, con su Principito y su Vuelo nocturno. Estamos seguros de que muchas de las cosas que ha dicho se mantendrán vivas en la mente de quienes hoy hemos tenido la suerte de escucharle y darán fruto.

En la Imaginateca nos ha dejado firmadas y dedicadas sus cuatro novelas históricas: Assur, Rōnin, Donde aúllan las colinas  y Laín. Si quieres saber lo que nos ha dicho en esa dedicatoria, tienes sus novelas en la sección de Novedades, esperando entregarse a quien sepa entregarse a ellas.

lunes, 22 de octubre de 2018

Club de Lectura: presentación


En el Club de Lectura no nos consideramos tontos; pero admitimos sin mucho problema que somos bastante despistados. Solo así se explica que, aunque llevamos varios cursos funcionando (y hasta se haya publicado algún artículo sobre nosotros), no hayamos hecho hasta ahora una presentación en condiciones sobre quiénes somos y qué hacemos. Subsanado queda. ¡Zarpemos!



CLUB DE LECTURA

¿QUÉ?

·        El Club de Lectura es un grupo de alumnos y profesores que se reúnen una vez a la semana para compartir la experiencia de leer y escribir textos y hablar sobre ellos. Está abierto también a padres, ex-alumnos y personal no docente. Es también un taller de escritura, porque en él planteamos retos creativos e invitamos a los participantes a traer sus propios textos.

¿CUÁNDO Y DÓNDE?

·        Nos reunimos (salvo imposibilidad manifiesta) los viernes en el recreo en el Departamento de Lengua.

¿QUIÉNES?

·        El único requisito para formar parte del Club es que te apetezca asistir a sus reuniones. Puedes venir a escuchar, o participar más activamente, escribiendo y debatiendo. Y puedes venir cuando quieras: no pasamos lista y no hay compromiso de asistencia. 

¿SOBRE QUÉ?

·        El tema que hemos elegido para este primer trimestre es el paso de ser niño a ser otra cosa (adolescente, adulto). Y el libro que nos guía para reflexionar sobre este asunto es Peter Pan y Wendy, de James Barrie: la historia de Peter, el niño que se negó a crecer, y de Wendy, la niña que accedió a ser su madre.