miércoles, 28 de enero de 2015

Dormir, quizás soñar

1852 - Ophelia (John Everett Millais)


Con estas palabras (to sleep, / perhaps to dream) resume Hamlet en su célebre monólogo su visión de la muerte, ese vacío (¿o no?) al que los angloparlantes se refieren a veces como the Big Sleep, el gran sueño. Es precisamente la posibilidad de que la muerte, lejos de ser un descanso, esté poblada por sueños aterradores (que quizá coincidan con lo que la teología llama el Purgatorio, o el Infierno: pesadillas angustiosas sin fin aparente) lo que lleva al príncipe a desistir de suicidarse.

Poco después, otro personaje, Ofelia, escapa al bosque para huir de un mundo que solo le ofrece dolores (el desdén de Hamlet, la muerte oprobiosa de su padre a manos de este) y, mientras se apoya en la rama de un sauce, esta se quiebra y la deja caer en las aguas de un arroyo. Durante un rato, sale a flote y se mantiene en ellas como si fuera una ondina, un espíritu de las aguas que al regresar a su elemento ha logrado por fin escapar a sus insomnios. Canta entonces, como ya lo había hecho ante la corte, harapos de viejas canciones. Pero pronto las ropas se empapan y su peso la arrastra a la cenagosa muerte.

Así, como un accidente desgraciado, nos presenta la reina lo sucedido. Pero en el acto siguiente tanto los sepultureros que la van a enterrar como Hamlet y los reyes dan por cosa cierta que se trata de un suicidio. Un ataque contra sí misma que, paradójicamente, supone (como dice uno de los sepultureros) un acto en defensa propia: cuando el dolor es excesivo, la muerte es el único anestésico convincente.

Shakespeare cierra así el capítulo de Ofelia, pero los pintores prerrafaelistas ingleses y los poetas simbolistas (y, entre nosotros, Bécquer, Unamuno, Valle y Lorca) asisten a la aparición repetida de esta mujer, cuya alma no termina de pasar al otro mundo. Unos la ven atravesando los campos; los más, flotando sobre las aguas, disuelta en ellas de tal modo que lo mismo toma forma a partir del reflejo de la luna o de un puñado de espuma que sus cabellos se tornan algas o hilachas de agua verdosa o clara.

La música pop también da testimonio de la fascinación por el personaje, que no hace sino crecer con cada montaje de la obra, versión cinematográfica, parodia u homenaje. En los años 70, Peter Hammill le dedicó una de sus baladas más arrogantes, en la que presenta a Ofelia como una imagen de nuestra tendencia a mascar más de lo que podemos digerir, haciendo promesas imposibles de mantener y fingiendo valor ante un peligro que, inevitablemente, se nos lleva por delante. Más recientemente, Natalie Merchant ha encarnado a Ofelia en una canción (y vídeo) en la que sirve como metáfora de diversos tipos de mujer, de vida azarosa y difícil encarte en el mundo.

Para cerrar esta entrada, hemos elegido una canción reciente que se inspira en el cuadro de Millais que la abre. La compuso y grabó en 2012 Nolwenn Leroy, una joven cantante francesa, que explica así su origen:

J'adore les tableaux préraphaélites. Parmi eux, l'Ophelia de Millais m'a toujours fascinée. Il représente une jeune fille allongée sur une eau stagnante, sans que l'on puisse savoir si elle est morte ou si elle rêve. Cela a été une source d'inspiration de la chanson, comme l'Ophélie de Shakespeare dans Hamlet. Je viens de lire un mémoire analysant ce personnage. J'ai alors réalisé qu'il entretenait toute une série de correspondances avec le chant et les sirènes ! J'ai aussi beaucoup pensé au poème de Gérard De Nerval, El Desdichado. Il commence par 'J'ai rêvé dans la grotte où nage la sirène'. Et mon refrain ouvre sur: 'Si tu as rêvé dans les eaux sombres, dans la pénombre où nage Ophélia'..."


sábado, 24 de enero de 2015

Concurso de Sueños: Donde mueren los sueños


Concurso de sueños: En la Playa


Concurso de sueños: Walking On The Air


Concurso de sueños: Pensando


Concurso de sueños: Hänsel & Gretel


Concurso de Sueños: La hora puente


martes, 20 de enero de 2015

Hoy es siempre todavía: visita de Isabel Escudero


Pues ya es recuerdo vivo (que no historia) la visita que nos hizo el viernes pasado Isabel Escudero, junto a Quesia Bernabé y Virginia López Graña. Fue entre la una y las dos y media en el Aula de Usos Múltiples, y asistieron nuestros alumnos de Bachillerato (muchos de 1º y algunos de 2º), no pocos profesores y algunas gentes más de nuestra noble villa.

Isabel Escudero comenzó recordándonos la condición singular del lenguaje, una de las pocas cosas que a cualquiera se le regala, y que tan útil nos es para dibujar el mundo —pero también para desdibujar sus límites, mediante los juegos de ingenio a los que se presta, para evitar que vayamos a caer en el error de creernos que sabemos dónde empieza o acaba nada.

Escuchamos después una muestra de los cantares breves que sabe Isabel hilvanar con maestría,  prolongando en nuestros días la tradición de la poesía anónima tradicional y de los poetas cultos que, enamorados de ella, la han recreado en nuestros días, como los hermanos Machado.

Quesia y Virginia fueron alternándose en la ilustración musical de los distintos tipos de poesía que ha cultivado y rescatado Isabel. Entre los cuales destacamos y traemos aquí ahora este romance, que cantó (¡y cómo!) Quesia:


Amor a muerte

En el campo del Amor
peleaban lucha a muerte
la dama con su señor.
Ella lleva el puñalito
de los celos picaflor
untado con el veneno
del masculino terror.
Él va blandiendo la espada
de recta separación
cargada de fuerza y ley,
como es propio del Señor.
Peleando a muerte están
por esos campos de Dios:
ninguno de los dos vence,
que han perdido los dos.
Por el suelo malherido,
el imposible amor.


miércoles, 14 de enero de 2015

Los sueños de Bebela


Quisiera esta entrada sincronizar un par de relojes: el que marca las horas del concurso de sueños y el que cuenta las pocas que faltan para que nos visite, este viernes a la una de la tarde, la poetisa Isabel Escudero. En la entrada anterior que le dedicamos, mencionábamos que el maestro Agustín García Calvo dedicó a Isabel, su compañera desde finales de los 70, un hermoso libro llamado Bebela (siendo Bebela, Isabela, una variante cariñosa de su nombre). Pues bien, de este volumen, publicado por primera vez en 1987, proceden estos versos, el canto 3 del mismo, que hablan acerca de nuestras dos materias: la dama Bebela y los sueños.
 
Por lo demás, ¡ah, quién pudiera en los ensueños 
de Bebela entrar!, como se cuela en el cinema 
por entre las pieles del señor y su señora 
el mocoso rapazuelo que de aquel palacio 
no tiene entrada ni dinero que la compre. 
Pues eran los ensueños que las noches de ella 
poblaban no ya sólo ricos y ocurrentes, 
sino que además los recordaba de despierta 
con la nitidez de los vitrales de colores, 
y solía, generosa, en límpido relato 
regalárselos de vez en cuando a los amigos. 
Que tantas eran las industrias de sus sueños,
pasando indiferentes de si a la Bebela 
durmiente la sonreía o si la espeluznaba 
la serie de aventuras y trasmutaciones, 
que a veces ella nos decía que sus horas 
despiertas eran el descanso de lo mucho
 que soñando trabajaba. Pues a bien que en esos
túneles y laberintos de fantasmagorías
que a Bebela le otorgaba la dejación bendita
de leyes y voluntad, querríamos los pobres
de ensueños, aunque sea por su tercería,
entrar un poco, a respirar de los jardines
de flores que se convierten por capricho acaso
en arañas o culebras, y a beber del agua
tal vez de oro venenoso que de alguna
sed soterrada mana por los arriates
del sinsentido. Bah, ya sé que los ensueños
también sus leyes tienen y su maquinaria,
que la cándida impiedad del inspector de almas
sabe vislumbrar a veces. Pero en todo caso,
son otras leyes que las escritas en las tablas
de la ciudad y del mercado y en las telas
del alma vigilante, que en el obedecerlas
se cree que cumple su voluntad y hasta, oh miseria,
su gusto personal: al menos, en el sueño
no sabes de quién son las leyes o caprichos
que rijan tus andanzas. Conque bien podemos
curarnos con los sueños de la ley despierta,
en tanto que se va, con más verdad de día
en día, descubriendo cómo eran lo mismo
los sueños y las leyes. Pero demos gracias
a Bebela de que sepa con tan clara y cuerda
palabra relatarnos los embrollos locos
de sus ensueños: pues ¿de qué nos serviría
soñar, si no viniese la razón, en obra
de fiel infidelidad, a dar razón al sueño
y a la locura? Alabada sea pues Bebela
por el soñar oscuro y por el razonarlo
en limpio, y viva doble su memoria, para
que sueñe mucho y que nos cuente sus ensueños.

Tercer concurso de sueños



Yo he soñado sin dormir.
...Acaso sin despertarme.
(Manuel Machado)

Wot A Dream… Tercer concurso de sueños 

1. Podrán presentarse a este concurso de sueños cuantos soñadores así lo deseen, preferiblemente despiertos y residentes en el Campo Arañuelo. Habrá dos categorías: A. Soñadores que se presenten al concurso. B. Soñadores que no se presenten al concurso. Estos últimos parten, obviamente, con cierta desventaja.
2. Los sueños podrán presentarse en cualquier formato que resulte apropiado para trasmitir al lector, espectador u oyente la sensación de extrañeza y maravilla propia del género. Esto incluye, por ejemplo, sueños relatados en prosa o en verso (acompañados o no de ilustraciones), fotografías coloreadas o tratadas de algún otro modo, collages, composiciones musicales (con o sin letra), vídeos y eso otro que tú, noble lector, estás pensando, pero que a nosotros aún no se nos ha ocurrido.
3. Los sueños se depositarán, con o sin testigos, en el Cofre de los Sueños que se habilitará en la Biblioteca del IES Augustóbriga, sin indicación alguna de autoría, hasta el día 2 de febrero (incluido). Podrán también enviarse a la cuenta de correo bibaugustobriga@gmail.com con el ‘asunto’ Concurso de sueños.
4. A medida que se reciban, los trabajos se irán publicando en la página web de la Biblioteca (http://biblio-augustobriga.blogspot.com.es). Todas las personas que lo deseen podrán calificar de 1 a 10 cuantos sueños deseen, utilizando para ello el formulario que se pondrá a su disposición: constituirán así una asamblea anónima de soñadores que otorgará el premio del público al trabajo mejor valorado por ella. El club de lectura otorgará también un premio a los trabajos que considere más notables..
5. Los trabajos que, al obtener la mayor puntuación, resulten ganadores (y quizá también los que no) se harán inevitablemente famosos y harán felices a las buenas gentes, lo que constituye el mejor premio al que cualquier autor pueda aspirar. Pero, por si eso fuera poco, en la segunda semana de febrero los participantes encontrarán sobre la mesa central de la Biblioteca los regalos que los Grandes Transparentes tengan a bien preparar para ellos, con la fórmula Para el autor de… Cualquier persona que se haya sentido conmovida por algún sueño y desee dejarle a su autor un regalo a modo de réplica está invitada a hacerlo.



miércoles, 7 de enero de 2015

Isabel Escudero, pronto entre nosotros


Cinéfila, poetisa, ensayista, maestra, Musa de eso que acabó llamándose la Movida y, en palabras de Pancho Ortuño, una de las mujeres más hermosas de su tiempo... muchas son las cosas que podrían decirse de Isabel Escudero, que nos visitará este viernes 16 de enero para compartir, junto con Quesia Bernabé, razones y canciones con nuestros alumnos de 1º de Bachillerato.

Muchas cosas, pero de todas las categorías y cáscaras se zafa con desparpajo esta mujer nacida en estas tierras extremeñas (en Quinta de la Serena) en los años del Triunfo nacional, que fueron también los de la derrota. Pronto recaló en Madrid, donde realizó sus estudios universitarios y devino con el tiempo profesora universitaria ella misma, en la Facultad de Educación de la UNED.

Desde finales de los 70, su camino discurre cruzado con el de Agustín García Calvo, con quien compartió las tablas por ateneos libertarios, aulas universitarias y de enseñanzas medias y cualquier foro donde hubiera gente dispuesta a hablar y escuchar sin orejeras ni tapujos.

A Isabel dedicó el maestro uno de sus poemarios más hermosos, Bebela (1987).  Y a medias con ella publicó varios libros, como Contra el hombre (1998) y ¿Quien dice no? En torno a la anarquía (1999), andanadas críticas que parecían quizá extemporáneas en pleno régimen del bienestar, pero que ahora que se vienen abajo muchas de las fachadas construidas en estos años resultan actuales y hasta proféticas.

De su amor por el cine da fe el volumen Digo yo. Ensayos y cavilaciones (1997), donde también se habla acerca de las mujeres y su relación, no por cierta menos imposible, con los hombres de sus vidas.

Como poetisa, su voz entronca con las de los hermanos Machado (y su padre, Demófilo) y otros enamorados de la lírica de tradición oral. Hay en ella ecos de los cantares populares españoles, pero también del haiku japonés y otras ramas de la poesía, tanto anónima como de autor. Su obra publicada arranca con Coser y cantar (1984) y sigue con Cifra y aroma (2002), Fiat Umbra (2008), Gorrión, migajas (2008), Nunca se sabe (2010), Condiciones de luna (2013) y Alfileres (2014).

Ocupan un lugar especial dentro su producción Cancionero didáctico: Cántame y cuéntame (1998), donde su amor por la poesía se enreda con su pasión por la enseñanza de la lengua y sus juegos a los más niños, y Nunca se sabe (2014), un CD con el mismo título que su poemario del 2010, en el que podemos escuchar poemas de Isabel musicados por Javi Sanmartín e interpretados por Quesia Bernabé, Antonio Selfa y otros artistas amigos.

El viernes hablará a nuestros alumnos de 1º de Bachillerato sobre su poesía: 'Hoy es siempre todavía'. Razones y canciones: la poesía de Isabel Escudero. Y el sábado 17 todos los que queráis podéis asistir en el Espacio Escénico Taktá a un concierto-recital en el que sonarán, en las voces de Isabel y de algunos amigos, versos de Agustín García Calvo y de la propia Isabel:  Cantos rodados. Recuerdo de Agustín García Calvo y corro de vivos y muertos con Isabel Escudero.

Entretanto, el Baúl de Trompetillas os ofrece una cumplida selección de intervenciones de la autora, junto con otras de Agustín García Calvo y de Chicho Sánchez Ferlosio.