sábado, 27 de abril de 2013

Cuando todo cambia: historias de transformaciones


Preparar un examen es como jugar a la siete y media: por más ensayado que lo tengas, unas veces te pasas de extenso y otras pecas de escueto. Esto último supone que mucho antes de que suene el timbre los alumnos terminan con las preguntas (unos u otras, o el juego entre ambas partes, no dan más de sí) y empiezan a impacientarse. En esa situación, que puede llegar a ser bastante tensa,  se abre sin embargo un pequeño oasis: podemos pedir a los alumnos que quieran que aprovechen ese tiempo para contarnos, al final del examen, cosas que a ellos les interesan, temas que dominan bien. Por ejemplo, el otro día pedí a mis alumnos de 2ºA que habían terminado el examen que me contaran algunas historias sobre transformaciones, metamorfosis. Estas son un par de ellas.


El Quaid
 (Fárid Elmokhtary)

A un hombre se le murió su esposa y se casó con otra. Su mujer de antes dejó un bebé de 5 meses. La nueva mujer no le quería. Un día, cuando su marido se había ido a trabajar, la mujer cogió una culebra y la metió en la cuna del bebé. Cuando el bebé tocó la culebra, se transformó en una culebra de oro.

Vida de Yinn 
(Fárid Elmokhtary)

Un hombre estaba en un parque, pasó un gato sin sombra. El hombre le tiró una piedra, hizo una herida al gato y le empezó a salir sangre y poco después ese gato se transformó en un león y mató al hombre.




viernes, 26 de abril de 2013

Unas palabras de nada: Je ne regrette rien (Edith Piaf)

Seguimos con nuestro pequeño ciclo de naderías. Esta vez Diego Martín nos trae una canción inmortal de Edith Piaf: No me arrepiento de nada, Je ne regrette rien, con la letra en francés y su traducción (preparada para la ocasión por Diego) al español.

jueves, 25 de abril de 2013

Unas palabras de nada: When Nobody Needs Me (Tony Bennett)

Seguimos con nuestro pequeño ciclo de naderías, esta vez con Marcos Carrasco, que nos trae una canción clásica de los años 60, Who Can I Turn To? (When Nobody Needs Me), en versión del gran Tony Bennett y Queen Latifah (incluida en el disco de Bennett Duets II, del año 2013). En el vídeo que nos ha preparado Marcos, podemos seguir la letra y disfrutar de imágenes selectas del gran cine clásico americano.



miércoles, 24 de abril de 2013

Premio Encina de Plata 2012


El pasado viernes se hizo entrega del premio Encina de Plata 2012 —hay ejemplares en la biblioteca—, con la presencia de los escritores finalistas, del Vicepresidente cultural del Instituto Cervantes y de dos académicos de la lengua (Jesús Merino y Luis Mateo Díez, presidente del jurado durante varios años).

Durante la cena, se comentó el estado actual de la novela, la calidad de los relatos y el apoyo a los actos culturales, para todas las edades.

Y en diez días, el 3 de mayo comienza en Navalmoral el Certamen de Teatro aficionado Villa de Navalmoral. Teatro gratis de calidad ( se podrá ver, por ejemplo, El avaro, de Molière).

Vargas Llosa, ese dramaturgo


Mario Vargas Llosa, el Nobel peruano, publicará el 12 de septiembre su nueva novela: la historia de dos hombres que luchan contra el destino. Y tiene una obra de teatro representándose en el Teatro Español desde esta semana, La Chunga (le van a representar todas sus obras, incluida la que redacta ahora). Un todo terreno, sí señor.

Caballero Bonald


El Premio Cervantes, entregado el Día del Libro —día que murió Cervantes Saavedra—, ha recaído este año en el poeta Caballero Bonald. ¿Quién? (os preguntaréis —y también la Familia Real y los cargos de Cultura que le dieron el galardón).

Un señor mayor, de 86 años, que bromeó con el Rey un día antes. "Todavía voy a dar mucha guerra...", bromeó el monarca (lo que le respondió la Reina en casa, no se sabe).

Pero no hablemos de monarquías, leamos lo que Caballero dijo en su discurso (extraído de ELPAÍS.COM):

El poeta, narrador, memorialista y ensayista ha dado su discurso durante la entrega del Premio Cervantes.

"Hay que defenderse con la palabra contra quienes pretenden quitárnosla. Esgrimirla contra los desahucios de la razón."

"Una sociedad decepcionada, perpleja y herida por una renuente crisis de valores, tiende a convertirse en una sociedad renovada por su esfuerzo regenerador. Quiero creer que el arte también dispone de ese poder terapéutico."

"Decía Octavio Paz que con el Quijote empieza la crítica de los absolutos, comienza la libertad."

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En nuestra biblioteca tenemos el último poemario del autor, Entreguerras (P CAB ent), autobiografía poética de José Manuel Bonald «como propia vida y poesía revisitada». Allí podéis encontrar otra foto del galardonado.

martes, 23 de abril de 2013

Unas palabras de nada: Nazca el niño negativo (Rafael Sánchez Ferlosio)


Rafael Sánchez Mazas, notable escritor falangista, tuvo dos hijos que heredaron el talento del padre, pero no su orientación política: ambos, José Antonio Julio Onésimo (más conocido como Chicho) y Rafael, fueron militantes antifranquistas y destacaron enseguida, Chicho como compositor y cantante de canciones (tan buenas que en muchos casos se tomaron por composiciones tradicionales) y Rafael como narrador. En los libros de texto solemos recordarle por su novela de 1955 El Jarama, que supuso una novedad por su reproducción fidelísima del lenguaje coloquial de los jóvenes protagonistas; pero Ferlosio valora más, quizá con razón, otras suyas, como las Industrias y andanzas de Alfanhuí, de 1951, maravillosa novela de formación que nuestros alumnos amarían, si la conocieran,  y Vendrán más años malos y nos harán más ciegos, libro de 1993 que reúne apuntes ensayísticos, aforismos y poemas. Uno de ellos es este villancico, muy cercano en el espíritu al de los poemas de su amigo Agustín García Calvo:

Nazca el niño negativo,
nadie, nunca, nada, no.

Si amanece la arrogancia
de la fuerza y el valor,
niño débil y cobarde,
niño noche y deserción.
Nazca el niño negativo,
nadie, nunca, nada, no.

Si relumbran los fusiles
de la blanca afirmación,
niño oscuro, niño inerme,
niño niebla y evasión.
Nazca el niño negativo,
nadie, nunca, nada, no.

Si los médicos prescriben
la alegría y la salud,
niño triste, niño enfermo,
sin niñez ni juventud.
Nazca el niño negativo,
nadie, nunca, nada, no.

Si en el quicio de la carne
la palabra se escindió,
niño niño, niño niña,
niño luna, niño sol.
Nazca el niño negativo,
nadie, nunca, nada, no.

Si a la luz de la justicia
toda culpa se aclaró,
niño bueno, niño malo,
sembrador de confusión.
Nazca el niño negativo,
nadie, nunca, nada, no.

Si la lógica decide
de la verdad y el error,
niño cierto, niño falso,
blanco de contradicción.
Nazca el niño negativo,
nadie, nunca, nada, no.

Si entre la carne y el verbo
imposible fue el amor,
niño nadie, niño nunca,
niño nada, niño no.

lunes, 22 de abril de 2013

Unas palabras de nada: Vida (José Hierro)


Para celebrar la Semana Cultural, hemos estado trabajando en 4ºB con algunos poemas y canciones que llevan en su título, o en su letra, la palabra nada. Abrimos fuego con un poema reciente (se publicó en el año 2000), pero que se ha convertido en tiempo récord en un clásico: el soneto Vida, de José Hierro.

VIDA

Después de todo, todo ha sido nada,
a pesar de que un día lo fue todo.
Después de nada, o después de todo
supe que todo no era más que nada.

Grito «Todo», y el eco dice «Nada».
Grito «Nada» y el eco dice «Todo».
Ahora sé que la nada lo era todo,
y todo era ceniza de la nada.

No queda nada de lo que fue nada.
(Era ilusión lo que creía todo
y que, en definitiva, era nada.)

Qué más da que la nada fuera nada
si más nada será, después de todo,
después de tanto todo para nada.

domingo, 21 de abril de 2013

Entrevista a José María Merino



Este viernes  19 de abril nuestros alumnos de 1º de Bachillerato tuvieron la oportunidad de escuchar en directo a José María Merino y hablar con él en la Casa de la Cultura de Navalmoral de la Mata. En homenaje al escritor (cuyos Cuentos del reino secreto puedes encontrar en la Biblioteca, con dedicatoria del autor), rescatamos esta entrevista inédita:

*

Ordenar la habitación siempre es provocar al desorden, que sale de cualquier esquina con regalos imprevistos, decidido a apartarte de tu misión. En este caso, lo ha conseguido: he encontrado una entrevista inédita que hicimos al escritor José María Merino para el programa de radio El otoño en Pekín, que mi buen amigo Antonio y yo emitíamos en la primera mitad de los 90 en Onda Verde, y me he sentado de inmediato a disfrutarla (ya habrá tiempo de seguir sorprendiéndose). Agradezco al Alejandro de entonces la transcripción de la entrevista, que debió de ser cansada, pues se interrumpe sin razón aparente (¿quizá saltó la cinta?).

No me acuerdo quién nos presentó a Merino, pero el hombre fue muy amable con nosotros. Nos recibió en su casa y quedó en llamar al programa cuando emitiéramos la entrevista. Como éramos como somos, al llegar a la emisora nos dimos cuenta de que habíamos traído todo (música ad hoc, cuñas, sintonía) menos la cinta en cuestión. No sé si al final llegamos a emitirla. Si no, éste es el estreno, quince añitos después.

*

—Vamos a hablar de ti un poco. Eres un autor leonés, pero de origen gallego.
—Bueno, yo nací en La Coruña, por las causas azarosas de que mi padre en la guerra se había ido, digamos, escapado hacia Galicia, y, bueno, allí conoció a una señora que resultó mi madre. Nací en La Coruña pero me crié en León. De todas formas, estoy muy vinculado a todo el Noroeste, a Asturias y a Galicia, porque de niño he veraneado en Asturias, he veraneado en casa de mi abuela en Galicia; pero claro, soy sobre todo leonés, si cabe hacer estas distinciones, porque me crié en León, y en León está mi formación sentimental, digamos, de los inviernos. Mi más dura formación, pero también muy intensa, es leonesa. Luego, la de los veranos, la de la ensoñación, puede que sea gallega, pero la de lo cotidiano es leonesa.

—De cualquier forma, dos territorios muy verdes, naturales, y propicios también al misterio...
—Pues sí, yo creo que sí (porque son todas estas tierras...) Sobre todo, aunque a mí el mar me llama mucho, y me gusta mucho el mar, mi infancia no es tanto marítima como de pequeñas aldeas con ríos, con montañas. Es ese paisaje un poco, en fin, muy abrupto, y muy lleno de cosas. En ese sentido, los paisajes desérticos me impresionan, pero no estoy nada familiarizado con ellos.

—¿Y cómo has sentido ese sustrato de leyenda y tradición que siempre aparece en tus relatos? ¿Es algo permanente, como innato, o es algo recurrente?
—Bueno, yo creo que de niño escuché bastantes historias, y esas cosas siempre te van dando una tendencia; y luego, fui un lector fervoroso, sobre todo de historias fantásticas. Se puede decir que, durante un tiempo de mi vida, para mí la Literatura eran aventuras e historias fantásticas. Luego ya descubrí que no, que había una literatura seria y ya me hice también un degustador de la Literatura seria. Yo siempre he dicho que intento mantener en mí un lector inocente, que era el lector primerizo, y un lector avisado, un lector irónico, que es el lector, digamos, ya de la juventud, no de la infancia. He intentado mantener esos dos lectores dentro de mí.

—Y, ya por curiosidad, esas leyendas que te contaban, ¿cómo te las contaban? Porque, por lo menos nosotros, que somos ya de ciudad ciudad, los únicos cuentos y leyendas a los que hemos tenido acceso han sido a través de libros y más libros.
—Pues había de todo. Había desde familiares mayores, o criadas, o mi misma abuela gallega, o mi abuelo leonés, que me contaban historias. No sé, historias de todo tipo. No es que fuesen unas historias especialmente cargadas de trama, sino que eran muy sugerentes. A mí, por ejemplo, se me ha quedado siempre muy grabado las historias de huidos, de la gente que se había echado al monte para huir de la represión; o de la gente que había tenido que irse, por razones también políticas; o que había emigrado, y que entonces creaba otra familia, y acababan siendo bígamos... En fin, esas historias extrañísimas. O esas historias de extrañas venganzas, de robos, de un tipo que se había emborrachado y le habían robado una noche. O historias de lobos, por ejemplo, yo recuerdo muchas historias de lobos, que eran siempre terribles, las historias de lobos. Luego el lobo entró ya dentro, digamos, del sistema ecológico, y ya hemos sido con él mucho más... en fin, le hemos tratado mucho mejor, pero los lobos en mi infancia eran terribles, agresivos, peligrosos... Un día, yo recuerdo que cuando nevaba tanto, porque en León siempre nevaba mucho, ahora el cambio climático yo lo he ido viendo con la edad, con los años, pero todavía contaban pues como cuando a un motorista los lobos le tiraron de la moto, en la carretera de Asturias, a cuatro kilómetros de León, y allí mismo lo mataron y lo comieron, teniendo yo cuatro o cinco años. Tened en cuenta, además, que, efectivamente, el haber vivido en una pequeña capital de provincia en la posguerra era el sitio más lejano del mundo, y la sensación de que allí todo lo importante había pasado hacía miles de años. Ya no podía pasar nada, yo siempre digo : sólo pasaba la Vuelta ciclista a España y el Circo americano. Y ahora ya no pasa ni la Vuelta ciclista a España, o sea que ya no sé qué queda. Pero, ciertamente, vivías en un mundo un poco ávido de fábulas. Todo se convertía en algo..., adquiría, bueno, cualquier relato de una menudencia se convertía en un relato mítico.

—Es interesante, porque siempre se piensa en ese origen mítico de la leyenda, y en realidad ocurre constantemente. Como la historia de los lobos.
—Yo creo que la leyenda nace así, la leyenda nace de un pequeño hecho que tiene una cierta trascendencia individual y que se desorbita socialmente hasta convertirse en una especie de mito que pasa de boca en boca. Yo creo que siempre es la habilidad del narrador, el convertir la cosa más, tal vez, pequeña o insignificante del mundo en una aventura extraordinaria, y el hacer que eso se transmita.

—Yo recuerdo, por ejemplo, que yo tenía un profesor, Carlos García Gual, que era muy afecto al mito, y una de las cosas que recuerdo haberle oído, creo que era una cita de alguien, es que el mito pertenecía al territorio de la memoria, y que el territorio de la memoria en estas generaciones se hacía cada vez más estrecho, más neblinoso, y en ese sentido el mito tendía a desaparecer porque vivimos en una civilización de informaciones efímeras, en la que la memoria se hace cada vez menor. Tú, en ese sentido, ¿eres todavía optimista en cuanto a que pueda quedar siempre un sustrato o una capacidad imaginativa capaz de crear mitos y leyendas, o crees que el camino va, en ese sentido, en contra?
—A pesar de todo siempre mitificamos. Ahora, cuando ves por ejemplo que se habla de las tribus urbanas, y de los ritos de las tribus urbanas; eso está cargado de mitos, aunque desde luego son mitos degradados. Los grandes mitos de la Era Dorada, si alguna vez existieron, los hemos vivido en la psiquiatría : el complejo de Edipo, o la cantidad de complejos que hemos redescubierto en los clásicos. Tal vez los grandes mitos se han degradado. El mundo rural estaba cargado de mitos, y también se han perdido. Muchos, gracias a la racionalización a través del cristianismo. No olvidemos que los mitos están muy vinculados a la superstición, en el mejor sentido de la palabra: a las viejas creencias, a la vieja religión, al paganismo. El cristianismo, en ese sentido, lleva una guerra terrible contra los mitos, aunque muchos los incorpora y los asume. Pero claro, en el mundo rural el mito funciona porque está muy vinculado al ciclo de las estaciones; por lo tanto, está muy vinculado a la rueda de la vida, de la generación de los frutos, del nacimiento de las bestias. Allí funciona mucho el mito, y por eso, tal vez, yo he vivido mucho el mito en el mundo rural, y en el Noroeste, que es un mundo arcaizante, que tiende a cierto arcaísmo rural. En la capital, en el mundo del consumo, en el mundo de la sociedad industrial, claro, los mitos efectivamente ya no viven con nosotros, no pertenecen a lo cotidiano; pero se trasfunden en muchas cosas, y yo muchas veces los veo, incluso, en películas, en las grandes películas de los años cuarenta, años cincuenta, que están cargadas de mitos. Yo he hecho un análisis de Casablanca desde la perspectiva mítica, y es una historia de héroe y dragón; hay un árbol que es el centro del mundo, que es el famoso bar, no sé cómo se llama. El héroe renuncia, incluso, al amor, al final hay un sacrificio del amor... El cine está lleno de elementos de los mitos.
Ahora, por supuesto, el sentido mítico del tiempo, por ejemplo, se ha perdido totalmente, y en eso el mundo de lo efímero, y la cultura de lo efímero, que es la cultura del consumo, es una cultura profundamente antimítica, y va en contra también de la memoria, porque tiende a unificar, a que todos los seres seamos exactamente iguales y consumamos exactamente lo que quiere la cultura del consumo, que en realidad estará manejada por tres o cuatro corporaciones. Efectivamente, los mitos tienen mucho que ver con la memoria, con la conciencia del tiempo, con la conciencia de la muerte... Pero es que, claro, la sociedad de consumo tampoco quiere que pensemos en la muerte. Quiere otro producto humano, y no sé si lo acabará consiguiendo. Pero, a pesar de todo, por ejemplo, las relaciones de la juventud tienden a estereotipos míticos. Las relaciones del fan o del aficionado a cualquier cosa relacionada con los héroes, la magnificación del héroe, el estereotipo del héroe. En muchos casos, yo pienso que hay esquemas de lo mítico, muy degradados, ya te digo. Y que es difícil acabar con los mitos; al fin y al cabo, yo creo que los seres humanos estamos cargados de mitos porque a pesar de todo vivimos en el tiempo, somos efímeros, y tendemos a buscar cosas que le den una cierta perennidad a nuestro pensamiento.
De un modo u otro, es difícil acabar con el mundo mítico.

—Y de hecho, siendo cierto que esta civilización del consumo iría por principio contra la raíz del pensamiento mítico, la fantasía es un éxito editorial sin precedentes en este final de siglo.
—Sí, sí, yo creo que es curioso eso, por eso pienso que lo fantástico lo echas por la puerta y te entra por la ventana, y que es realmente muy difícil acabar con el pensamiento mágico. Yo soy muy aficionado a leer todo lo que hay sobre fantasía, y ahora, por ejemplo, hay un autor, Tommy Sivers, que es un autor americano, que estudia lo fantástico romántico a la luz de lo que llama él "supervivencia de la superstición", que es supervivencia del pensamiento mágico. En lo fantástico hay pensamiento mágico, y el pensamiento mágico siempre es un pensamiento no racionalista y, digamos, antihistórico, y todo lo que es antihistórico, pues tiende a ser mítico, evidentemente.
Yo creo que sí, que a pesar de todo en el gusto por lo fantástico es claro que hay una recuperación del pensamiento mágico y de lo atemporal. Es sorprendente que, por ejemplo, una de los últimas utopías del siglo XX, que yo creo que ha sido la fantasía científica, la ciencia-ficción, muchos grandes autores de la ciencia-ficción se están pasando a las espadas y brujería y al género fantástico, porque es lo que la gente demanda. Yo lo lamento porque me gusta mucho la clásica Ciencia Ficción, pero yo creo que ya ni como utopía aguanta la SF, es que ya no creemos ni en la SF.

—¿Tú crees que, entonces, se puede volver a una situación como cuando llegó a surgir Frankenstein, en que después de la victoria del racionalismo, de aplicar todas las leyes lógicas, surja de nuevo lo imposible?
—Hombre, yo creo que el Romanticismo sale de muchas cosas, porque, por ejemplo, Frankenstein es curioso, habría que analizar Frankenstein, que es una historia científica, moderna, de su época, escrita seguramente con plumilla de acero, porque yo creo que el paso de la plumilla de ganso a la plumilla de acero, que fue por esos años, tiene mucho que ver con la crisis romántica y con el siglo XIX. La reflexión sobre Frankenstein es durísima, el extremo de racionalismo, de cientifismo, el método científico, el intento de que el hombre domine a la Naturaleza, lo que crea es un monstruo terrible que realmente acaba destruyéndole; no destruyéndole, porque acaba volviendo a los hielos, pero lo único que ha creado es dolor, lo único que ha traído el mundo es... Ha creado un ser esplendoroso, maravilloso, que le hace parecer a Dios a Frankenstein, pero que es un ser lleno de dolor...

sábado, 20 de abril de 2013

Hay múrgaras y gárbilos

Este martes 16 de abril de 2013 se celebró en el Ateneo de Madrid un homenaje a Agustín García Calvo, uno de los autores más notables e inclasificables que hemos podido conocer. Actuaron, entre otros, Isabel Escudero, compañera de muchos años del poeta, y Amancio Prada, que cantó algunos de sus mejores poemas. En Youtube podéis seguir paso a paso cada una de las intervenciones; pero en ningún caso os perdáis este poema del libro Más canciones y soliloquios: podéis estar seguros que nunca habréis oído nada semejante.


Deporquebate

Hay múrgaras y gárbilos
soto la fábrega del alma.
¿Qué son? ¡Ah, que qué son!

Ixu non tientes de inquisitigarlo,
bicós bicós, sabérselos, nanay,

non poise: si los desaminas
col micropucio de la Escïencia

oficinal, instantemientre
trasvístense y contradisfrázanse

de raros filicastos
de subatomios o virusillos
furibusteros, e si poñen
a seer lo que non yeran;
ansí doncas que, si los viéredes,
ya per tántidem nau les vees

lo que nau son, que yera
lo que hay ahí y que ahí hay.

'Ahí' es, ay, donde tú estéteras,
y estás aún - quí sab?
Pero e ¿yo, per contra? Nones:
en donde tú, no yo, a lo menos

al mesmísimo merimomento.
Y estonce, endergo, ¿cuá?
Pois, pois que simbembargo
los virusillos y sabatomios
que víades, cada dellos quisque
yé ¿quí?: só yo perprecisamientre;

e por aixu andaba iciéndote
que acucullá en el jondo rebullicio

del ánima túa-miya
hay múrgaras y gárbilos
abondo; sólo que, ¡zumba!,
míos que non, non son. Y ¿tuyos?

¡Ah lalá!, aixu depiende
de que arrispondas "Yeah, sun míos"

u que nadia, nun rispondas.
Ca, si te credocreyéredes que sí,

babah, ya yé lo mesmo
que si dixiese eu-yo tamién
que miyos son, mentimintiendo.
Mas, si per contra non mi rispondieres

a la quistión, sinoque
ni mú dixieres e fincares ahí
murmudo, ah, ah ah, estonce
póidese que sí, que forsacaso
tuyos sean o que en ti remoren
ixus gárbilos e múrgaras,
que naides nunca osó de vero
nominitar ni, par lo tonto,
denumerar. Pos ¿cuántos eran?
¿Eh? ¿Cuántos? Ná, no u sabe.

Como que nome non habían
non teñen número tampizco.
Tan solisólo poderían
se contar, si yoque y tuque
a nostra viz fóisemos dúo:
tú e yo, egual a dos. Peroperó

remiémbrote noviamente
de que habíamos quedado, pún, que tú

non eras yo (¿te enarricordas?),
ca, si o foises, ya nun yeras
lo que í había. Conque doncas,
si tuque non es yoque, puf,
nin semos dos nin neño morto;
e por ende, cá, que no tanfrusta

poison ellos computerarse,
si nao queiren seer cho que nun yeran.

Asín que, en éstas, ¿cuómo
faremos nós pora desaveriguar

un pizco por desoto de ellos?
E ben, pos bé: podemos forse

devisar el susiguiente
procederimiento: tú te estestas

ahí, a contraposte mío;
eu só, como yé obirivio,
quel que só; tú non, tú non lo eres
nin el que eres ni el que só,

que lo mesmo serían dambos;
¿estás?: ¿estemos-semos?
Pos alante: ío ti perpregunto
"¿Hay gárbilos o múrgaras

soto la fábrega de la tu alma?"
Tú... Turutú: como non fabla,

non risponde niente; istunces,
ego, cuá, mi pongo a entrepatarla

la tu silenciosidad, e digo
pra min mesmo "¡Tate, tá!:

posto que nao diz cousa, aixu,
úa de dous, de dúas uno:
o que es que sabe demasïao,
o que es que nun sabe pijota.

Ora, dau que non o sapia,
¿cóm yé que non mi diz 'Non só?

o 'Aidontnóu' o 'Syonsepá'
o cuemo demos diga? Quiaro:

porque es que el reconcoñocimiento
de que non lo sabe lo faría ser

egual que yo, que lo reconcoñozco,
y como quier que él non era yo...

Pero a la otra: y si lo sabe
lo que le apregunto, a veriver,

¿por qué, pro cuá, non mi risponde?
¿Será ca non poede? ¿O reserá

porque, pudiéndolo, non vuol?
¿Qué 'vuol' ni 'vuol'?: ¡si ése que él yera

non teñe ni tan sequeira
veluntad, emposto que non yé yo,

que só o que teñe!; e si non poede
querer, e ¿va a poder ancaso

non-querer? Ah, mas is que estonce
mos queda sólo cuesto: que ixu

que sais, yé cousa que non poide
se dezir; e se non puó dizerse,

a veriver, ¿de qué mos vale?".
Peroperó, ¿qué yé, si non,

quello que eiquí estamos faziendo,
si non teritratarlo de dizer

lo que decirlo non si pode?
Istu, istu é, yermano ñegro tú,

de veras yé, lo de poñerse
nel tuo logar: e, como tú
taciticallas, por aquello deque,
si falas, ya non eres tuque,

sino que yeres o só yoque,
por estó tentando de callarme

yo, como tú, pero a mi manera,
a saber, faziendo estrepitestallar

cuasi que globos los vocablitos.
E a la postre, de aixu mesmo

de que non poidas tú izirme nientes
de lo que sabes e que me debías,

eu, cuacuá, deperideduzco
que, visto ya que eu non o sapio

nem poisme tú decir que non los haya,
háylos, múrgaras e gárbilos,

soto la fábrega del alma.
¿De la túa?, ¿de la miña?Non

se mi da un dibledo. Pero ellos,
pero ellas, que nin se endestingüen

entre sí de sexo y de sexa,
ellas-ellos yeran fortiforse
los que in cuesto deporquebate
queriban dintre los rsquitesticios

de las vóculas corrotas
vía ajallar pora su voz,
la que nin miña, quiá, non es nin túa,
mas de anóminas animallas

que en susótanos abisondamente,
despellejás de tutto títolo,

allá se engrolloborbollaban
e, por el aquel del non poder fablar

elas unas con elas otras,
se envisquimordiscaban y mutú-

tuamente se entreconcomían.

lunes, 15 de abril de 2013

Siete errores que tu examen no se merece


Los que corregimos exámenes (cada vez más exámenes, a medida que la Administración, generosa ella, nos asigna más grupos, y más numerosos) sabemos que nuestros alumnos no cometen tantos errores como parece. Sencillamente, cometen una y otra vez los mismos, como si les hubieran tomado apego o se tratase de signos que marcan la identidad (falaz) de una generación dada a los mismos placeres y vicios.

Aquí van algunas directrices para evitar ciertos errores comunes. En los comentarios podéis añadir otros que os parezcan recurrentes, o simplemente curiosos.
  1. Distribución de la rima: en los versos de arte mayor, se indica con letras mayúsculas; en los de arte menor, con minúsculas. Cuestión de status.
  2. El hipérbato es una figura retórica, no un error. Por tanto, el orden no debería ser otro; simplemente, podría serlo.
  3. La coma entre sujeto y verbo, o entre verbo y CD, separa lo que quiere y debe ir seguido. Desterremos para siempre a la intrusa.
  4. La construcción se trata de es impersonal: empeñarse en injertarle un sujeto es como intentar hacer vegetariano a un tigre.
  5. Los títulos se subrayan y las citas se entrecomillan. Son así: necesitan distinguirse a la primera.
  6. Mayúsculas fueRa de siTio: efecto 100% hoygan. ¿Por qué parecer iletrado sabiendo evitarlo?
  7. No seamos mezquinos: toda oración, por pobre que sea, se merece un punto final. O al menos seguido.

viernes, 12 de abril de 2013

Artemidoro interpreta tus sueños (desde el siglo II a.C.)


Retomamos el tema de los sueños, esta vez de la mano de Laura Montero Gutiérrez, alumna de Literatura Universal de 2º de Bachillerato, quien nos presenta la obra del autor del siglo II d.C. Artemidoro de Daldis La interpretación de los sueños, precedente insigne de la obra del mismo título que escribió Sigmund Freud muchos siglos después.

La interpretación de los sueños (Oniromancia)

En la antigüedad clásica, los sueños se consideraban revelaciones divinas o demoníacas, y se creía que podían anunciar el porvenir del sujeto que soñaba. Luego, desde Aristóteles, algunos filósofos empezaron a interpretar los sueños como una actividad del alma, y no de los dioses. Ya desde la antigüedad, con Artemidoro, los sueños incluso podían ser interpretados, o sea transformados en un lenguaje comprensible.

La oniromancia se basa en la antigua creencia de que los sueños son generalmente premonitorios, es decir, que avisan de la posible ocurrencia de un acontecimiento o situación.

Biografía

Artemidoro de Daldis nació en Éfeso en el siglo II d.C. aunque modestamente prefirió declararse natural de Daldis. Fue un viajero incansable que recorrió todo el territorio griego y visitó Asia Menor y las islas del Mediterráneo interpretando sueños.

Escribió la obra más grande que conocemos de la antigüedad sobre la interpretación de los sueños, el tratado Oneirokritiká o La Interpretación de los sueños, donde recoge e interpreta más de tres mil sueños. Además de esta gran obra, también es autor de diversas obras sobre los augurios y la quiromancia.

Teoría de los sueños

El más antiguo libro de los sueños que se conserva es su obra Oneirokritiká (Ὀνειροκριτικά) o La Interpretación de los sueños. Llegó a reunir más de 3.000 sueños de quienes le consultaban, interesándose no solo por el contenido onírico sino también por la psicología humana.

Ante tan cuantiosa información, estableció para elaborar su tratado diversas clasificaciones, distinguiendo entre sueños verdaderos, oráculos, visiones, fantasías y apariciones. Del mismo modo también diferenció entre sueños que predicen hechos futuros y aquellos que tienen que ver con el presente.

Según Artemidoro, la clave para entender el funcionamiento y significado de los sueños es el simbolismo, anticipándose con ello, en cierto modo, a las teorías psicoanalíticas.

Artemidoro de Daldis distingue entre dos conceptos de fácil confusión, por un lado tenemos los ensueños, que nos muestran visiones oníricas relativas al cuerpo: así, un hambriento soñaría que come o un enamorado que está con su amada. Estos no son predicciones, sino recuerdos y solo actúan mientras la persona está dormida; mientras que por otra parte tenemos los sueños, que llaman la atención sobre lo que va a ocurrir y al despertar ponen en movimiento a nuestra alma. Dentro de estos encontramos por un lado los teoremáticos, que anuncian literalmente lo que va a pasar (por ejemplo: Uno soñó que era herido por un individuo con el que iba a ir a cazar al día siguiente y, en efecto, cuando se encontraron los dos, fue herido en el hombro, justamente en el sitio donde él lo había soñado; y por otro, los alegóricos, en los que el alma emite un mensaje en clave. Estos últimos los divide Artemidoro en 5 categorías diferentes, aunque pueden darse algunos solapamientos:
  1.     Propios: la visión afecta solamente a la persona que la ha experimentado.
  2.     Ajenos: aquellos que afectan para bien o para mal a un allegado del que sueña.
  3.     Comunes: son los que incluyen a alguna otra persona conocida.
  4.     Públicos: cuando hacen referencia a puertos, murallas, plazas, gimnasios y monumentos.
  5.     Cósmicos: son aquellos relacionados con los astros.
A pesar de que los elementos que aparecen en los sueños pueden afectar de diferentes maneras a unas personas y a otras dependiendo de diferentes factores como la posición social, la situación sentimental, etc., Artemidoro establece una doble clasificación:
  • Genérica: tiene en cuenta la cantidad de información que aparece en el sueño. Algunos sueños dan mucha información a través de muchas señales; otros, dan poca por medio de pocos indicios; algunos hacen muchas predicciones a través de pocos signos y otros hacen pocas predicciones a través de muchos elementos.
  • Específica: los sueños pueden también clasificarse teniendo en cuenta la cualidad de la visión onírica, es decir, el tipo de elementos e imágenes que lo constituyen. Desde ese punto de vista, hay cuatro tipos: los que son buenos por dentro y por fuera, los que son malos en ambos aspectos, los buenos en su interior pero malos en su exterior, y el caso contrario; hay que aclarar que la parte interior es la visión onírica y la exterior el cumplimiento de la misma.
A la hora de interpretar los sueños, hay que seguir un orden, Artemidoro no comienza por los dioses como los antiguos, sino que lo hace por el nacimiento, continúa con la crianza, luego con el cuerpo y cada una de sus partes, posteriormente habla de la enseñanza de todo tipo de artes, trabajos y procesiones, a continuación de la efebía (transición entre la niñez y la madurez), los gimnasios, los concursos, los baños y los tipos de lavado, todos los alimentos, los perfumes y las coronas, las relaciones sexuales y el sueño. Es necesario juzgar los sueños desde el principio hasta el final, tener ciertos conocimientos sobre la onírica y conocer el sueño sin obviar ningún detalle.

Ejemplos

LIBRO I

El dormir

Tanto querer soñar con dormir como soñar con dormir son señales negativas y perjudiciales para todos, a excepción de aquellos que temen o esperan castigos, pues el sueño libera de todo miedo y preocupación. Despertarse es negativo únicamente para las personas que tienen miedo, ya que despertarse significa trabajar o realizar alguna actividad.

Si el acto de soñar se realiza en un templo, esto pronostica la curación para un enfermo y la enfermedad para una persona sana. El uno tendrá un descanso de su sufrimiento, ya que al dormir no se padece, mientras que el otro acude a la curación a través de los dioses.

Dormir en sepulcros, tumbas o caminos indica la muerte a los enfermos y el desempleo para los sanos, ambas cosas improductivas.

LIBRO II

El reflejo de la imagen en un espejo

Ver la propia imagen en un espejo es una buena señal para aquel que quiere contraer matrimonio, para un hombre significa una esposa y para una mujer un marido, porque muestran los rostros, como estos recíprocamente los hijos. Para aquellos que tienen aflicciones también es buen síntoma. Sin embargo, ocasiona la muerte a los enfermos, pues el espejo es un objeto perecedero. También vaticina cambios de lugar de residencia o hijos ilegítimos si la imagen aparece distorsionada. Verse en mal estado o feo supone enfermedades y aflicciones.

Corresponde con el ejemplo 67.  

Uno soñó que en una calle cercana al Ágora tenía el espejo de un barbero y que le gustaba mirarse en él. Más tarde, cuando volvió a mirarse vio su rostro lleno totalmente de manchas. Él estaba enamorado de una prostituta, a la que había tomado a la fuerza sin que nadie se la cediera. Tuvieron un hijo marcado, no solo a causa de su origen, sino también porque tenía estrabismo en los ojos. El espejo del barbero era señal de que la mujer era pública y de que se acostaba con todos, pero que no se había relacionado con el adúltero fácilmente, al haber tenido impedimentos para llevarse a la mujer. Y puesto que vio su propia imagen en el espejo, tuvo un hijo igual a él en todos los aspectos, y no le faltaban defectos, ya que él se había visto con manchas en el sueño.

LIBRO III

Las llaves y las puertas

Para aquel que va a contraer matrimonio, ver una llave significa que tendrá una esposa fiel y para aquel que quiere comprar una esclava, significa que la esclava será benevolente. Sin embargo, esta visión prevé un obstáculo a la hora de emprender un viaje o impide partir por ser un signo de reclusión. Para aquellos que desean ejercer control, significa confianza. También significa seguridad.

Corresponde con el ejemplo 17:

Una persona, que estaba lejos de su patria, soñó que había perdido la llave de su casa. Cuando regresó encontró muerta a su hija, ya que de algún modo la visión le decía que los asuntos de su casa no estaban seguros.

LIBRO IV

Repetición de un mismo sueño

Tenemos que distinguir entre repeticiones que se producen en breves períodos de tiempo, las cuales significan todas lo mismo, y las que se repiten en intervalos largos de tiempo, que tienen significados diferentes, puesto que el significado de cada uno de nuestros sueños está íntimamente relacionado con las circunstancias que nos rodean en cada momento.

Tal es el caso de un vendedor de perfumes que soñó que había perdido su nariz. Resultó que perdió su negocio y dejó de venderlos, porque había perdido su nariz. Al no tener ya el órgano que le servía para vender los perfumes no desempeñaba correctamente su comercio. La misma persona, cuando ya no se dedicaba a esta profesión, soñó también que no tenía nariz, y resultó que fue detenido por falsificar documentos y tuvo que huir de su patria. Pues cualquier elemento que le falte a la cara la deja desfigurada, y precisamente el rostro es el símbolo del honor y de la plena posesión de los derechos civiles. Con razón, entonces, aquella persona ha perdido todos sus derechos. Asimismo, esta persona, cuando estaba enferma, volvió a soñar que no tenía nariz, y sucedió que no tardó mucho tiempo en morir, pues, en efecto, las calaveras no tienen nariz.

Influencia

Desde que Artemidoro de Daldis escribió sobre la interpretación de los sueños, estos y su simbolismo siempre le han interesado al pensamiento europeo, y no pocas veces le han servido como excusa para reflexiones que tuvieran por objeto 'conocernos mejor'.

Es Freud quien después de varios siglos retomó el trabajo de Artemidoro en su obra homónima y recordó que los sueños son una de las construcciones simbólicas más importantes de la subjetividad y la cultura humana. Avanzando por las sendas de Artemidoro, Freud, en cambio, puso a hablar a sus soñantes, para que fueran ellos mismos quienes se aventuraran a descubrir y nombrar esa riqueza simbólica que habita en lo interior.

En La interpretación de los sueños, Freud propone que el fracaso histórico en la investigación de los sueños se debe, por un lado, a la persistencia de la idea griega del origen divino de los sueños, que animaba a tratar el asunto filosóficamente, de modo que cada autor acometía 'los mismos problemas, por así decir, desde el principio', y por otro lado a que, cuando últimamente se había intentado tratar desde el punto de vista científico el asunto del sueño, se había tendido a examinar junto con el fenómeno del dormir, lo cual impedía investigaciones de detalle, en las que cabía la posibilidad de encontrar los resultados que condujeran al progreso científico.

Bibliografía

martes, 9 de abril de 2013

Lorca, de actualidad





Recogido de la edición digital del ABC

El espectáculo "Cuatro Lunas", basado en textos de García Lorca, llega al teatro Nuevo Apolo con Antonio Canales, Arturo Pareja-Obregón, María Toledo y Laura Gallego.

 

Como véis, Lorca es un autor de mucha actualidad, como todos los años: siempre hay alguna obra de teatro suya representándose, por ejemplo en los certámenes de teatro (por cierto, en mayo, vuelve el teatro a Navalmoral de la Mata: informaremos de las obras presentadas a concurso).

Pablo Neruda y los Walking Dead

 

Buen titular, ¿no?

Ahora que los medios de comunicación comentan  la exhumación del cuerpo de Pablo Neruda, aparecen ciertas dudas: ¿fue asesinado, como dice una persona cercana al poeta? ¿Sabremos que comió en su último día, gracias a los especialistas del CSI?

Sobre todo, ¿ya habéis leído VEINTE POEMAS DE AMOR Y UNA CANCIÓN DESESPERADA? Son poemas preciosos y alguno os sonará, aunque hasta hoy no supierais el autor.