sábado, 26 de enero de 2013

Concurso de sueños: Onírica (José Barrado)



Aquella mañana soleada miré el calendario, era 21 de diciembre. La nieve blanca relucía en los tejados y los niños se preparaban para ir a la piscina. Yo estaba en mi habitación preparando el traje de carnaval, cuando mi madre me dijo que tenia el desayuno preparado.

Esa mañana me había levantado muy tarde y desayuné los ricos garbanzos que ella me había preparado. Cuando terminé con estos, fui a componer al piano. De repente llamaron a la puerta. Abrí y allí estaba mi gran amigo Michael Jordan, me dijo : ''¡Pepe! ¿Vamos a Las Minas a tirar unos tiros?'', le dije que entrara y esperase porque tenía que terminar mi décima sinfonía.

Una vez salimos, nos encontramos por la calle a Lebron y Kobe , venían de comprar el pan en el Mercadona, ellos también se unieron, cuando llegamos a las pistas, decidimos jugar a un 21. Como siempre, gané yo. No podían competir conmigo aquella panda de ''mataos''. Ellos se picaron, se enfadaron y se fueron. Yo, triste, me fui a dar una vuelta por la princi.

Enfrente de los Marcos de Cris me encontré una pequeña bola de fuego. Me resultó extraño , ya que hacia mucho frío y nevaba, y si nevaba tendría que deshacerse . Así que le pregunté, la bola me dijo que buscaba a su madre para hacer unos recados, y le ayudé a buscarla . Me dijo que se llamaba ''Copito de fuego'' , le pedí una descripción física de su madre y me dijo que no me preocupara, que la reconocería al verla.

Fuimos calle arriba y calle abajo buscando a su madre, enfrente de San Andrés encontramos a un hombre tocando el acordeón y cantando una canción sobre el fin del mundo, él decía que era inminente. El hombre gritó: ''¡Mirad!'' y de repente vimos venir corriendo a la madre de Copito. Le dio un abrazo y Copito dijo:''¡Para, mamá , me quemas!''. Ellas dos se fusionaron y dijeron '' ¡Ahí sus quedáis!''. Ambas explotaron y todo se cubrió de fuego, justo en el momento en que mi reloj marcaba las 21:21.

Entonces, el mundo se acabó y mi sueño no tuvo sentido, así que no tuve más remedio que despertarme.

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