lunes, 29 de octubre de 2012

Dos églogas psicodélicas


I. ACTO PRIMERO: TEÓCRITO PASEA POR ALEJANDRÍA




Cuando Teócrito paseaba por las calles de Alejandría allá en el siglo III a. C., quizás evocando paisajes de su Siracusa natal, mientras componía en un género lírico al que hasta entonces nadie había dado forma, ¿supondría que a ese género acudirían poetas en todos los momentos literarios posteriores para estructurar sus obras? ¿Pudo pensar tal vez que su sombra se alargaría hasta la música que ha marcado el siglo XX?


Tomando como inspiración la sencillez de la vida rural y con la base folclórica de los cantos de pastores, Teócrito escribió Idilios, un libro donde agrupa poemas de carácter bucólico, extensión variable y temática amorosa. Sus protagonistas son pastores que se desenvuelven en una naturaleza idealizada, donde viven con sencillez y cantan al amor. Había compuesto las primeras églogas con las características que las conocemos hasta hoy.

La temática principal de este género es el amor, ambientado en paisajes que el poeta describe exaltando los elementos naturales. También el canto, la música y el deleite que proporcionan tienen un hueco entre los contenidos de las églogas.

La palabra égloga viene del griego ἐκλογή (eklogē. «pieza escogida»), queriendo expresar que se trata de una composición notable. Surge en un contexto histórico de expansión urbana. Como contraposición a los inconvenientes de la vida en la urbe, la égloga muestra como idílico el entorno rural.

II. ACTO SEGUNDO: CAMPOS DE FRESA



El anhelo de volver a una época mejor, al momento de su infancia en Liverpool, compartiendo juegos con sus amigos en el patio de un viejo orfanato cercano a su casa llamado Strawberry Field, condujo a John Lennon a componer una canción, originalmente en do mayor, casi con el mismo nombre: Strawberry Fields Forever; con rasgos de égloga, intimista y, como él definía, tal vez psicoanalítica.

Lennon estaba pasando un mal momento personal y profesional cuando empezó a esbozar los primeros versos de la canción. Tuvo que pasar por numerosas versiones hasta llegar a la definitiva. Nosotros la conocemos así:

Déjame llevarte porque voy a los campos de fresa. 
Nada es real y no hay nada por lo que preocuparse. 
 Campos de fresa para siempre. 

Es fácil vivir con los ojos cerrados 
sin comprender nada de lo que ves. 
Resulta difícil ser alguien, 
pero todo sale bien, 
a mí no me importa demasiado. 

Déjame llevarte porque voy a los campos de fresa. 
Nada es real y no hay nada por lo que preocuparse. 
Campos de fresa para siempre. 

Creo que no hay nadie en mi árbol, 
o sea que debe de ser alto o bajo 
para que no puedas sintonizar. 
Pero está bien, es decir, creo que no está del todo mal. 

Déjame llevarte porque voy a los campos de fresa. 
 Nada es real y no hay nada por lo que preocuparse . 
Campos de fresa para siempre. 

Siempre, no a veces, creo que soy yo, 
pero sé cuando es un sueño. 
Creo que sé cuando quiero decir “sí”, 
pero es totalmente falso es decir, 
no creo estar de acuerdo. 

Déjame llevarte porque voy a los campos de fresa. 
Nada es real y no hay nada por lo que preocuparse. 
Campos de fresa para siempre. 

Que la estructura formal de la letra de la canción sea un monólogo ya recuerda uno de los principales rasgos literarios de la poesía bucólica: frente a la narración, el poeta prefiere el diálogo o monólogo para contar en primera persona sus pensamientos y vivencias. También se aprecia la significación alegórica propia del género: el título de la canción representa un lugar real de su infancia, pero lo que era una vieja casa usada como orfanato en un suburbio de Liverpool se muestra como un sitio idílico, el locus amoenus al que el autor siempre quiere regresar: Déjame llevarte porque voy a los campos de fresa. Campos de fresa para siempre.

En los primeros versos expresa cómo cerrando los ojos a la realidad todo sale bien, quizás como él vivía cuando era niño o como hacían los pastores, trascendiendo el paraje hostil que les rodea y buscando con la imaginación sitios irreales: Nada es real allí, donde todo sale bien y no hay nada por lo que preocuparse.

Hacia la mitad de la composición utiliza un motivo recurrente en la poesía bucólica: el arbore sub quadam («bajo un árbol cualquiera»), estampa en la que el pastor descansa a la sombra de un árbol mientras se inspira y canta. Para Lennon su árbol es inaccesible: Creo que no hay nadie en mi árbol, o sea que debe de ser alto o bajo, para que no puedas sintonizar. Con esto expresa lo diferente a los demás que se siente, él mismo dijo que debía de estar loco o ser un genio porque nadie lograba estar en su onda.

Intenta el Beatle expresarse a sí mismo, comunicar su propia filosofía, pero en los versos del final surgen dudas. Quiere describir lo que siente, cómo se siente, cómo se lleva sintiendo desde siempre, pero a veces no está muy seguro: Creo que sé cuando quiero decir sí, pero es totalmente falso. La canción se torna surrealista, contradictoria como sus pensamientos; aunque acaba encontrando la meta en los campos de fresa como lugar dorado, lugar de juventud, irreal, pero auténtico y, quizás, el mejor y único destino.

III. ACTO TERCERO: GRANTCHESTER MEADOWS 



Con abundantes connotaciones bucólicas encontramos en el doble álbum de Pink Floyd Ummagumma una tranquila canción, Grantchester Meadows, de inspiración folk y compuesta por Roger Waters.

Cantos de pájaros suenan de fondo en toda la composición y, junto al sonido de la guitarra acústica, ayudan a visualizar el paisaje onírico que describe, típico de la poesía bucólica. La traducción al castellano de la letra sería:

Viento helado de la noche, vete, este no es tu dominio.
En el cielo se oía llorar a un pájaro.
Murmullos de mañana nublada y suaves sonidos de agitación
desmienten el silencio sepulcral que había a su alrededor.

Escucha la alondra y escucha el ladrido
del zorro oscuro metido en la madriguera.
Mira el chapoteo del martín pescador centelleando al agua.
Y un río verde se desliza invisible bajo los árboles,
riendo a su paso a través del verano interminable de camino al mar.

En la pradera de agua perezosa me acuesto.
A mi alrededor, copos dorados de sol caen sobre el suelo.
Disfrutando a la luz del sol de una tarde que se va
trayendo sonidos del ayer a este lugar de la ciudad.

Escucha la alondra y escucha el ladrido
del zorro oscuro metido en la madriguera.
Mira el chapoteo del martín pescador centelleando al agua.
Y un río verde se desliza invisible bajo los árboles,
riendo a su paso a través del verano interminable de camino al mar.

En la pradera de agua perezosa me acuesto.
A mi alrededor, copos dorados de sol caen sobre el suelo.
Disfrutando a la luz del sol de una tarde que se va
trayendo sonidos del ayer a mi habitación en la ciudad.

Escucha la alondra y escucha el ladrido
del zorro oscuro metido en la madriguera.
Mira el chapoteo del martín pescador centelleando al agua.
Y un río verde se desliza invisible bajo los árboles,
riendo a su paso a través del verano interminable de camino al mar.

Aparece nuevamente el lugar real, Grantchester, como punto de partida al lugar idílico. Su autor pasa la infancia con su madre en Cambridge, al haber fallecido su padre en la guerra. Cerca de allí se encuentra esta pequeña aldea a la que acuden los lugareños y visitantes a hacer picnic en sus prados. Resulta un lugar familiar para otros miembros del grupo, que han compartido experiencias en esas praderas.

El escenario campestre propio de la égloga aparece reflejado en los términos de animales (alondra, zorro, martín pescador) y en la exaltación de elementos de la naturaleza (río, pradera, árboles…) que localizamos en casi cada verso, apoyándose en numerosos adjetivos y en verbos como chapotear o ladrar, que ayudan a imaginarse nuevamente el locus amoenus o lugar propicio para el gozo y el amor.

Roger Waters atribuye cualidades humanas a seres inanimados: Agua perezosa, río… riendo a su paso, para engrandecer esos accidentes naturales ante el oyente.

El primer verso en tono imperativo aleja al viento para que no perturbe lo ideal del paisaje y del momento. Solo sonidos como cantos o chapoteos de aves, además de ríos deslizándose baja tranquilos árboles pueden adornar las praderas de Grantchester. Queriendo huir de las preocupaciones de la ciudad, como aquellos primeros poetas bucólicos, Waters alude a este lugar de la ciudad, como antítesis a todo lo que ella representa; donde el placer se consigue con los mismos elementos que hay en la naturaleza y que embargan los sentidos, como sonidos de agua y atardeceres dorados; al contrario de los vicios que dominan la vida urbana.

No olvidemos que en el momento de componer la canción Syd Barrett, uno de los fundadores del grupo, sufre un gran deterioro por su abuso de las drogas. Llama la atención, oyendo detenidamente la canción, que si la primera vez dice:  en este lugar de la ciudad, cuando repite el verso lo cambia por: en mi lugar (habitación) de la ciudad, por ser su sitio, con el que se va identificando cada vez más mientras lo describe.

IV. CODA


Con la ayuda de estas canciones hemos podido comprobar cómo las églogas siguen presentes en el arte. Como medio de expresión son válidas para cualquier hombre, en cualquier momento de la historia y de su historia, atemporal como los sentimientos, atemporal como la belleza.

V. BIBLIOGRAFÍA 

  1. http://www.mcnarte.com/app-arte/do/show?key=literatura-bucolica 
  2. Manuel Mañas, «Sanctius Brocensis, 'El Brocense'», en la revista Alcántara, nº 61-62, 2005.
  3. http://www.telecable.es/personales/garcilaso/genero.htm
  4. http://unpaseoconlosbeatles.blogspot.com.es/2010/11/strawberry-fields-forever-analisis.html 
  5. http://www.azlyrics.com/lyrics/pinkfloyd/grantchestermeadows.html 
  6. http://www.wikipedia.org entradas: 

Irene Rocío Camacho García 1ºC de Bachillerato 

viernes, 26 de octubre de 2012

Marcos nos lee a Baroja

La lectura en voz alta es, además de un placer, un ejercicio utilísimo para desarrollar la competencia lingüística. Solo se puede leer bien lo que bien se comprende, lo que supone que el alumno ha trabajado y asumido el vocabulario del texto que aborda y sabe delimitar correctamente cada oración, dándole a cada modalidad (preguntas, órdenes, afirmaciones o negaciones, deseos, exclamaciones) la entonación única que le corresponde.

Superado ese nivel propiamente lingüístico, entran en juego las habilidades propiamente artísticas del lector, cercanas a las de un actor o un cuentacuentos: su capacidad para cambiar de registro, subiendo y bajando el tono y la velocidad, esquivando siempre la monotonía.

Las nuevas tecnologías nos permiten darle una dimensión nueva al acto de leer en voz alta, trascendiendo las circunstancias inmediatas en que se produce la lectura para compartirla a través de la Red con un receptor abierto, potencialmente infinito.

En este caso, Marcos Carrasco, de 4ºB, nos lee un relato atípico del joven Pío Baroja: una historia de terror en la que el tema ancestral de los fantasmas se entrelaza con la fascinación por una técnica que entonces no podía ser más moderna: la fotografía.

miércoles, 24 de octubre de 2012

Gustavo cazando palabras


El mundo de la caza, que tanto fascinó a uno de nuestros grandes novelistas, Miguel Delibes, tiene una jerga particular, formada por algunos términos específicos que no existen fuera de ella, y por otros muchos que toman una acepción distinta a la común.

Gustavo Sánchez Muñoz, de 2ºA, nos trae algunas de estas palabras, enhebradas en un texto en el que podemos apreciar mejor su sentido. (Notemos que Gustavo nos regala también algún ejemplo de la jerga juvenil: así, las vistas de Linares son muy chulas.)


En una bonita jornada de caza, estaba yo con mi chata. Estaba esperando para matar un buen macareno medalla, de repente después de un rato entró. Agarré mi rifle y le pegué un tiro, cayó al suelo. 

La montería estuvo muy entretenida y lo pasé genial, entraron muchas mochas y algún horquillón. Se celebró en un paraje llamado Linares, que se encuentra en la localidad de Deleitosa, provincia de Cáceres. Es una finca donde hay muchos guarros, tiene vistas muy chulas. 

Cuando finalizó la montería se hizo el recuento de piezas: 15 vanaos, 2 horquillones, 18 guarros y 3 muflones. 

Terminamos la jornada con una buena comida para todos los participantes. Algunos quedaron un poco descontentos al enterarse que uno de los monteros había matado a un pequeño motorista. Pero en fin, la montería en Linares estuvo genial.

CHATA: navaja.
GUARROS: jabalíes.
HORQUILLÓN: ciervo con los cuernos en forma de horquilla.
MACARENO: jabalí líder.
PEQUEÑO MOTORISTA: ciervo pequeñito, jabato.

Gustavo Sánchez Muñoz (2ºA)

miércoles, 17 de octubre de 2012

Edipo Rey

Uno de los libros que leemos en Literatura Universal es Edipo Rey, de Sófocles. Se trata de una tragedia griega —o, más bien, de la tragedia griega por antonomasia, pues así la declaró Aristóteles en su Poética, y desde entonces su prestigio no ha hecho sino crecer y multiplicarse. Freud encontró en ella la clave con la que intentó descifrar el alma humana, Pasolini la llevó al cine a su manera, y apenas hay lector que se asome al texto que no quede atrapado por sus múltiples sugerencias.

El texto que sigue va dirigido a los que ya habéis leído la obra (los otros, ¿a qué esperáis?).  Recoge de forma esquemática algunas claves de lectura que pueden ser útiles para sacarle jugo al drama. Aunque se examinan bastantes aspectos, seguro que faltan otros. Siéntete libre, lector, para dejarnos un comentario con tu opinión sobre la obra y sus conexiones con todo lo demás. Si te apetece, aquí tienes una exposición redactada de las mismas ideas.

*


Edipo razonado 

1. Motivos propios de cuentos populares y leyendas 

1.1. Reyes que no tienen hijos buscan ayuda sobrenatural.
1.2. Hijo abandonado para que muera sobrevive.
1.3. Niño adoptado crece sin saber su verdadera identidad.
1.4. Héroe parte en busca de aventuras / de su propia identidad.
1.5. Héroe se enfrenta con monstruo, lo vence, recibe a cambio la mano de la princesa y hereda el reino.
1.6. Héroe resuelve enigma.
1.7. Personaje que cree huir del Destino acude en realidad a su encuentro.

2. Elementos rituales 

2.1. Chivo expiatorio (pharmakós) que concentra todos los males de la comunidad es expulsado de esta o aniquilado. Por medio de un sorteo o investigación se determina a quién le toca la china.

2.2. La representación teatral es un rito en sí. Lo representado vuelve a suceder, y con ello sus consecuencias. El final trágico purifica a la comunidad y a cada espectador: katharsis, catarsis.

3. Juego con los elementos narrativos

3.1. Personajes: no están definidos de una manera absoluta. No son lo que creen ser (Edipo, Yocasta). Se les toma por lo que no son (Tiresias, Creonte, Edipo). Son varias cosas a la vez (mensajero, criado). En un momento determinado, se revela su verdadera identidad: anagnórisis.

3.2. Acción: no está claro qué ha sucedido, hay versiones divergentes. ¿Murió el niño o sobrevivió? ¿Quién mató a Layo? ¿Es el hombre al que mató Edipo Layo? ¿Fueron uno o muchos los asesinos? ¿Miente Tiresias? ¿Vino a callar o a 'decir lo que tenía que decir'? ¿Conspiran el adivino y Creonte contra Edipo?

4. Metateatralidad 

4.1. Los personajes son conscientes de estar cumpliendo papeles, roles: Edipo se porta como supone que debe hacerlo un rey, Tiresias hace de adivino, Yocasta como esposa (¿o madre?) amantísima. Al final de la obra, Creonte asume el papel que tenía Edipo (rey) y Edipo el de Tiresias (mendigo ciego).

4.2. Además, son conscientes de que sus papeles están escritos de antemano, por mano ajena: Tiresias le dice a Edipo que si calla cada uno de ellos soportará mejor su parte: tú lo tuyo y yo lo mío. El mensajero le reprocha a Edipo que no sabe su propio cuento.

5. Género literario

5.1. La obra es una tragedia. De hecho, según Aristóteles, es la tragedia por excelencia, el modelo perfecto, porque en ella la anagnórisis del personaje va unida a la peripecia: la caída del personaje desde su condición elevada a la de mendigo maldito.

5.2. Pero, al mismo tiempo, la obra es también un prototipo del género policíaco, lo que los ingleses llaman whodunit: “una variedad de trama compleja dentro de la novela policíaca, en la que una especie de rompecabezas es su principal característica de interés. En este subgénero se proveen al lector los indicios acerca de la identidad del autor del delito, para que pueda deducirlo antes de la solución que se revela en las últimas páginas del libro. Por lo general la investigación suele ser realizada por un detective aficionado o profesional, frecuentemente excéntrico y erudito.” (Wikipedia s.v. Whodunit)

5.3. La obra es también un prototipo de la investigación psicoanalítica, en la que se trabaja por sacar a la luz lo que permanecía oculto, inconsciente. Este componente resulta ser una acción vergonzosa contra los propios padres: matar al padre y hacer el amor con la madre. Freud señalará que todos padecemos el complejo de Edipo, por lo que la terapia psicoanalítica es siempre paralela al desarrollo de Edipo rey.

6. Cuestiones políticas

6.1. En la obra no se cuestiona la monarquía, pero se ponen límites a su ejercicio, para que no degenere en tiranía (la arrogancia engendra al rey tirano).

6.2. Se defiende el derecho a la réplica de los que son acusados por el Poder (Creonte) y la independencia del poder religioso (Tiresias) respecto al profano.

 6.3. Se expone la brutalidad de la tortura, que fuerza a hablar al que desea guardar silencio.

7. Cuestiones éticas.

7.1. Se plantea la dificultad de juzgar a quienes hacen el mal creyendo hacer el bien. ¿Es malo quien hace el mal o solo quien lo comete a sabiendas?

7.2. ¿Es aceptable la pia fraus, la mentira piadosa, como parece creer Yocasta?

7.3. ¿Puede considerarse buena la búsqueda a cualquier precio de la Verdad, aunque produzca sufrimiento?

7.4. ¿Dónde acaba la providencia divina y empieza la libertad humana, y con ella la responsabilidad?

8. Certezas antropológicas ancestrales

8.1. La Tierra es el Rey, el Rey es la Tierra. La salud de la una depende de la del otro. Si la Tierra enferma, el rey está enfermo: hay que curarlo o amputarlo.

8.2. Hay que aplacar a las almas en pena. La muerte violenta de un hombre genera un fantasma vengativo. Si además es Rey, la Tierra toda queda herida.

8.3. Por tanto, quien la hace la paga. Quien mata a su padre y siembra en su propia madre debe ser castigado. No importa en qué condiciones haya tenido lugar la acción. No hay atenuantes.

8.4. La culpa se hereda. Los hijos deben pagar los pecados de sus padres. Un crimen grave (así, el rapto del niño Crisipo por Layo) supone una maldición que no se detendrá hasta la destrucción de toda la estirpe del criminal.

9. Cuestiones metafísicas

9.1. Natura ama esconderse (Heráclito). Las cosas pueden y suelen ser más complejas de lo que parecen: tienen su cara y su cruz. Cada objeto y personaje tienen su sombra, mayor cuanto más elevado sea quien la proyecta. El benefactor de la Patria puede ser al mismo tiempo el enemigo público número uno. El ciego es vidente. El criminal puede ser un santo.

9.2. La pérdida de todas las posesiones es también la pérdida de todas las ataduras, de todos los compromisos: la libertad. Freedom is just another name for nothing left to lose.

9.3. La vida humana es a menudo una ilusión, un sueño. Despertar de él es un trauma terrible. Pero es peor aún olvidar que vivimos en la apariencia y creer que hemos alcanzado una verdad definitiva, estable, absoluta.

9.4. Los mitos son modelos de la conducta humana: señalan patrones que tendemos a repetir de forma inconsciente. Conocerlos nos permite ser conscientes de la inercia que guía nuestro comportamiento: nos da una posibilidad (grande o pequeña) de cambiarlo, un punto de distancia – y nos permite comprendernos mejor, poniendo nuestra experiencia en relación con la experiencia ajena, con la tradición de la Humanidad.

9.5. Sentirse extraño, descubrirse distinto a lo que uno creía sobre sí mismo, es lo más común y normal del mundo. Los que no se asombran, tanto del mundo como de sí mismos, es porque no han abierto los ojos. Living is easy with eyes closed, misunderstanding all you see.

domingo, 14 de octubre de 2012

Una de Esfinges


Esfinge (Σφίγξ, sphinx) es un sustantivo griego construido sobre la raíz del verbo σφίγγω (sphíngo), que significa «sujetar, apretar, cerrar». La esfinge es, por tanto, «la que sujeta, la que aprieta (y ahoga)».

Aunque la palabra esfinge es griega, fueron los egipcios quienes imaginaron por primera vez un monstruo con cuerpo de león y cabeza humana.

La esfinge original egipcia es casi siempre masculina y representa simbólicamente al Faraón, que reúne en su figura divina la inteligencia humana y la bravura de un león (pensemos en aquel otro rey legendario, Ricardo Corazón de León, o en el Rey León de Disney).

Su representación más conocida es la gigantesca esfinge de Gizeh, de enorme antigüedad (h. 2520-2494 a.C.) e impresionantes dimensiones (20 metros de altura y 72 de largo). Los arquitectos que edificaron las pirámides encontraron en el terreno los restos de una vieja cantera y la aprovecharon para levantar un gran monumento al faraón Kefrén, de la IV Dinastía.

Para darle forma de león acostado al cuerpo se utilizó yeso pintado, y en la piedra que se colocó sobre la base se tallaron las facciones del faraón con atributos regios: la cobra real en la frente, barba postiza en el mentón y un velo cubriendo el cabello. Sólo el último sobrevive.

Hacia el año 1400 a.C. la esfinge había quedado sepultada. Un joven príncipe, Tutmosis, soñó que la esfinge le haría rey si la desenterraba. Lo hizo y, siendo ya faraón, hizo inscribir entre sus patas la historia de su sueño. En época romana se excavó un santuario en el interior de la esfinge. Posteriormente, la estatua fue víctima de las agresiones de los cristianos y musulmanes, que rompieron su nariz y dañaron sus ojos. Los árabes la bautizaron como Abu al-Hôl, «padre del terror». A pesar del maltrato sufrido, la esfinge permanece entre las pirámides vigilando sus secretos. El escritor irlandés Lord Dunsany (1878-1957), uno de los padres de la literatura maravillosa moderna, dedicó a la esfinge de Gizeh un texto profético de extraña belleza:

THE SPHINX AT GIZEH 

I saw the other day the Sphinx's painted face. She had painted her face in order to ogle Time. And he has spared no other painted face in all the world but hers. Delilah was younger than she, and Delilah is dust. Time hath loved nothing but this worthless painted face. I do not care that she is ugly, nor that she has painted her face, so that she only lure his secret from Time. Time dallies like a fool at her feet when he should be smiting cities. Time never wearies of her silly smile. There are temples all about her that he has forgotten to spoil. I saw an old man go by and time never touched him. Time that has carried away the seven gates of Thebes! She has tried to bind him with ropes of eternal sand, she had hoped to oppress him with the Pyramids. He lies there in the sun with his foolish hair all spread about her paws. If she ever learns his secret we will put out his eyes, so that he shall find no more our beautiful things — there are lovely gates in Florence that I fear he will carry away. We have tried to bind him with song and with old customs, but they only held him for a little while, and he has always smitten us and mocked us. When he is blind he shall dance to us and make sport. Great clumsy Time shall stumble and dance, who like to kill little children and can hurt even the daisies no longer. Then shall our children laugh at him who slew Babylon's winged bulls and smote great numbers of the elves and fairies, when he is shorn of his hours and his years. We will shut him up in the Pyramid of Cheops, in the great chamber where the sarcophagus is. Thence we will lead him out when we give our feasts. He shall ripen our corn for us and do menial work. We will kiss thy painted face, O Sphinx, if thou wilt betray to us Time. And yet I fear that in his ultimate anguish he may take hold blindly of the world and the moon and slowly pull down upon him the House of Man.