viernes, 18 de noviembre de 2011

Nasrudin



Los sufís constituyeron una corriente mística -que nosotros conocemos más como la filosofía de los derviches-, que utilizaba la parábola y el cuento para transmitir sabiduría, como casi todos los pueblos místicos de la historia.

Los cuentos sufís no son sólo relatos ni meras historias contadas con cierta gracia o con moraleja iniciática. En realidad, los cuentos sufís son una vía para el conocimiento, donde la metáfora se conjuga con la evolución espiritual y donde el conocimiento místico de lo arcano se revela a través de lo simple.



El protagonista de las historias sufís es siempre el mismo, se llama Nasrudin y es un personaje muy particular. A veces es un viejo decrépito, a veces es un joven; otras, un sabio y otras un torpe o un tonto. También aparece como un hombre adinerado, o como un mendigo.

Específicamente en esta historia, Nasrudin es un hombre que, por alguna razón que él desconoce, ha cosechado fama de ser lo que entre los sufís se denomina "un iluminado", esto es, alguien que ha logrado un cierto conocimiento sobre cuestiones importantes y trascendentes para otros. Él, sin embargo, sabe que en realidad no sabe nada; está convencido de que lo único que él ha hecho es viajar y escuchar, pero que con certeza no tiene grandes cosas para decir.

La historia cuenta que había en una localidad un hombre sabio que a los aldeanos le parecía por un lado una persona interesante y, por otro un extravagante.

El caso es que le solicitaron que les predicase. El hombre aceptó, pero el día en que los pueblerinos se reunieron para escucharle, intuyó que los asistentes no eran sinceros en su actitud y, con talante sumamente equilibrado, les preguntó:

-Amigos, ¿sabéis de qué me dispongo a hablaros hoy?

-No - respondieron los aldeanos.

-En este caso no voy a deciros nada. Sois tan ignorantes que de nada podría hablaros que mereciera la pena. En tanto no sepáis de qué voy a hablaros, no os hablaré.

Los presentes, avergonzados y desconcertados, se marcharon a sus respectivas casas. Al siguiente día se reunieron y decidieron reclamar otra vez las palabras del sabio, quien les volvió a preguntar:

-¿Sabéis de qué voy a hablaros?

-Sí, lo sabemos –respondieron los aldeanos, que estaban preparados.

-Siendo así, no tengo nada que deciros, puesto que ya lo sabéis. Que tengáis una plácida noche.

En el comienzo de este cuento ya podemos apreciar cómo juega el sabio sufí con sus interlocutores. Tiene un claro objetivo: hacerlos reaccionar. Él intuye que no oirán sus palabras de corazón, y que solamente le piden que hable para saciar sus deseos de escuchar alguna verdad. Sin embargo, él tiene claro que, mientras ellos no se dispongan realmente a escucharlo, su prédica será en vano.

El cuento sigue:

Los vecinos, irritados, no se dieron por vencidos, y una vez más reclamaron la prédica del hombre que consideraban tan extraño, a la vez que revelador:

-¿Sabéis, amigos, de qué voy a hablaros?

Los aldeanos ya habían estudiado muy bien la respuesta que iban a dar para obligarle al sabio a disertar. Y contestaron:

-Unos lo sabemos, y otros no.

-Muy bien. En tal caso, los que saben que transmitan todo su conocimiento a los que por el momento no saben.

Cuando uno cree que lo sabe todo, no es capaz de recibir nuevos conocimientos. Pero cuando uno no sabe nada, ni siquiera lo que quiere, tampoco será capaz de abrirse a la verdad.

Este cuento, además, nos enseña que no vale la pena perder el tiempo con las personas que no deciden salir de la ignorancia; y que si en una comunidad hay personas de talento, es ocioso buscar un nuevo maestro.



2 comentarios:

  1. Estupenda entrada. El curso pasado tuvimos por aquí al gran folklorista español José Manuel Pedrosa, que nos trajo dos regalos para la Biblioteca. Uno de ellos es un libro muy similar a este: ''Las aventuras de Giufà en Sicilia''. En el prólogo se exploran los nombres y aventuras de este personaje (unas veces Nasrudín, otras Choja o Giufà, otras un maestro anónimo) y después se pueden leer muchas de sus sabrosas historias, tal como se cuentan en la tradición oral de la isla. Aquí se puede oír la presentación del libro en la UNED, con Pedrosa y la recopiladora del libro, Romina Reitano.

    ResponderEliminar
  2. Un paralelo curioso. En una web que recopila frases extravagantes atribuidas a profesores de la Universidad española figura esta anécdota:

    -¿Alguien no lo ha entendido?
    (Silencio)
    -Lo preguntaré de otra forma, ¿alguien lo ha entendido?
    (Silencio de nuevo)
    -Vale, pues si nadie lo entiende y nadie no lo entiende, es que aquí no hay nadie y yo me voy

    José García Cuerva - Escuela Politécnica Superior, UAM

    ResponderEliminar